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WASHINGTON.— En un intento por recuperar un liderazgo desfalleciente, el presidente estadounidense Barack Obama habló ayer a la nación desde el estado de Illinois para hablar de la necesidad de volver a poner a la clase media en el centro de las prioridades y para culpar a los republicanos por la falta de acuerdos en asuntos urgentes como la reforma migratoria.


“En los últimos seis meses esta situación de parálisis ha ido a peor”, aseguró el mandatario, al reconocer que un creciente número de legisladores republicanos han comenzado a hacer algo al respecto, como apoyar una reforma migratoria que se traducirá en beneficios cercanos a los 300 mil millones de dólares en los próximos 10 años. “Pero aún hay una facción de republicanos en la Cámara de Representantes que se oponen incluso a someter a voto estas iniciativas”, añadió Obama al arremeter contra el sector más conservador del Partido Republicano.
El mensaje del presidente se produjo en momentos en que sus índices de popularidad se encuentran bajo mínimos y su relación con la mayoría republicana en la Cámara de Representantes se torna cada vez más ríspida por los escasos avances en proyectos como el de reforma migratoria.