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Lograr un manejo adecuado de Contaminantes Orgánicos Persistentes (COP)
para reducir el riesgo en la salud humana y los ecosistemas, es la meta de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
En los próximos cinco años, estas instancias llevarán a cabo una serie de acciones para eliminar el uso de los bifenilos policlorados (BPC), contenidos en algunos equipos de los sistemas de transmisión eléctrica.
De acuerdo con la Semarnat, los BPC se clasifican entre los contaminantes orgánicos persistentes o askareles, líquidos aceitosos que se utilizan en los transformadores eléctricos.
Dichos contaminates persisten en el ambiente y son capaces de viajar grandes distancias, además de acumularse en los tejidos vivos y ocasionar graves efectos en la salud de las personas y de los ecosistemas.
El representante Residente en México del PNUD, Lorenzo Jiménez de Luis, dijo que buscan eliminar cinco mil toneladas de estos contaminantes, así como sentar las bases para su eliminación completa.
Las acciones se enfocan en garantizar modalidades de consumo y producción sostenibles, además de contribuir a varios objetivos de la Agenda 2030 relacionados con la reducción de la pobreza, cuidado de la salud, calidad del agua y generación de empleo. 
El director General de Gestión Integral de Materiales y Actividades Riesgosas de la Semarnat, Erick Jiménez Quiroz, señaló que México está comprometido a eliminar estos residuos, como parte de los compromisos adquridos por el Convenio de Estocolmo.
Durante el taller de inicio del proyecto “Manejo ambientalmente adecuado y destrucción de BPC en México: Segunda Etapa”, sostuvo que se espera beneficiar directamente a mil personas que trabajan en instalaciones de mantenimiento eléctrico y a usuarios de sitios sensibles, y a casi 500 mil personas con posible contacto con transformadores contaminados.
Coincidieron en que el reto es transitar hacia la producción y uso de alternativas más seguras, mientras se alcanzan las metas de evitar la liberación de COP no intencionales e identificar otros contaminantes que representen riesgos a la salud de las personas y los ecosistemas. 
Al taller asistieron representantes de diversas organizaciones e instituciones como la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), la Agencia de Seguridad y Medio Ambiente del Sector Hidrocarburos (ASEA), la Comisión Federal de Electricidad, y de las industrias química y minera, por mencionar algunas.