El Punto Critico

Sin punto y coma 
Si algo podemos señalar de los funcionarios del Gobierno Federal, es que la
irresponsabilidad del Delegado General en el Estado de Guerrero, Pablo Almicar Sandoval Ballesteros, raya en lo absurdo porque está a punto de provocar un problema que pudiera convertirse en una tragedia. Y no es que pretenda ser alarmista, por el contrario, me gustaría relatar buenas noticias de lo que ocurre en mi estado natal, pero por desgracia no existen o hasta el momento no las hay. 
 
Si existe un sector social que no tiene nada que perder porque nada posee, es el campesino, y sobre todo los que viven en las zonas serranas del Estado de Guerrero, quienes desde hace algunas semanas han tenido que esperar a que les envíen o les repartan las cuotas de fertilizante que requieren para poder cultivar sus parcelas, que hasta ahora son de sobrevivencia, y evitar que languidezcan a causa de no contar con el preciado producto que les ayuda a no morir.
 
Desconozco cuales son los motivos del Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, para mantener como Delegado General a un sujeto que opera en función de sus propios intereses personales y no de los intereses de los Guerrerenses, y quienes por ahora reclaman la dilación en la entrega de un producto que reparte el Gobierno Federal y que resulta fundamental para la siembra del maíz, y que es un producto de subsistencia de primera necesidad.
 
Si no hay abono no habrá cosechas, y ha sido el propio Presidente de la República quien ha tenido que dar la cara en una de sus conferencias mañaneras de la semana pasada ante la ineficiencia de su “amigo” que ya se piensa candidato a la gubernatura por obra y gracia de la Cuarta Transformación. Bien dicen los que saben que para hacer caldo de chivo el primer elemento con qué se debe contar es el chivo, y en el caso que nos ocupa resulta el tal Pablo Almicar Sandoval Ballesteros ni ata ni desata.
 
El tiempo se agota y el apreciado y necesario producto no llega a las comunidades serranas quienes con ello están siendo condenadas a pasar hambre, porque al no haber el fertilizante las cosechas serán nimias y no alcanzarán ni siquiera para la sobrevivencia de los grupos campesinos. Pero también han sido mal tratados por el propio Mandatario Nacional al haber recibido el epíteto de criminales, amapoleros y corruptos, cuando su principal misión es intentar producir alimentos para su familia. Nunca existió una disculpa por ello. 
 
¿Que tiene que pasar para que el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador se de cuenta que el asunto del fertilizante ya es un problema y se puede convertir en una tragedia? Porque aquellos Indígenas y sus familiares que lo siembran por subsistencia no tendrán ni siquiera una tortilla para llevarse a la boca. Sin lugar a dudas la incompetencia del súperdelegado puede provocar una tragedia en la sierra de Guerrero.
 
Al tiempo. 
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