El Punto Critico


Morena es el movimiento político de masas más importante y más grande en

la historia de nuestro país. Este movimiento obedece a dos causas principales, de una parte, es el resultado de muchos años de lucha del pueblo mexicano por la democracia y por mejores niveles de vida, y por la otra, es producto del liderazgo indiscutible de Andrés Manuel López Obrador, construido también durante años de enfrentamientos con la mafia del poder neoliberal, que dominó el país durante casi cuatro décadas.

Este gran movimiento de masas ha triunfado electoralmente en la mayor parte del país y puede repetir y ampliar sus triunfos en próximas elecciones.

Hasta ahora, gran parte de los candidatos, hombres y mujeres de morena han surgido de sus propias bases históricas y de otros partidos y agrupaciones políticas, al igual que los nuevos funcionarios que hoy se encuentran en cargos administrativos por todos los aparatos de gobierno.

El asalto al poder, a pesar de haberse dado de manera paulatina y escalonada, con tiempo suficiente para que vencedores y vencidos se prepararan y adaptaran al posible cambio, ha implicado, gran entusiasmo y participación popular a la vez que los grupos desplazados patalean y hacen berrinche a diario.

Andrés Manuel y Morena han asumido el control y relativamente el poder de sus esferas de mando.
Andrés Manuel ha tomado posesión del poder ejecutivo federal, mientras que Morena ha tomado el control de las cámaras legislativas, así como el poder ejecutivo en varios entidades federativas y sus respectivos congresos. También ha tomado el poder ejecutivo en la gran mayoría de los municipios del país.

Esto, además del tremendo esfuerzo electoral que ha significado, ha tenido como elemento básico la presencia de millones de afiliados y de simpatizantes del partido así como de miles de adherentes que han tomado parte activa.

Es indudable que estos resultados se han logrado con la fuerza, la capacidad política, la organización y el talento de miles de dirigentes en todos los órdenes y estructuras, que además de la maquinaria electoral en la que han estado presentes, hoy constituyen los gobiernos y representaciones en todas partes.

Son cientos de compañeras y compañeros que ahora nos representan en las cámaras federales y que pronto darán paso a una nueva legislatura, mientras que en los congresos estatales son más de mil diputados de morena.

¿Quiénes son, hasta qué punto son de morena y hasta qué punto comparten los mismos principios ideológicos ?

¿Hasta dónde podemos llegar juntos, pero sobre todo, qué estamos haciendo para seguir juntos?

¿Hay trabajo político de cohesión y de educación política?

¿Los miles de simpatizantes y amigos que contribuyeron al triunfo y que hoy ocupan cargos electorales y de administración, van a continuar con Morena ?

En el poder ejecutivo federal ya se han dado los primeros cambios de compañeros de viaje que lograron subirse al barco pero ya les urgía bajarse. Tal vez neoliberales que esperaban poder influir para que México continuara en las aguas del capitalismo más egoísta.

Ya tuvimos un secretario de hacienda que no era lo que queríamos ni lo que esperábamos, pero que podemos reconocerle el tiempo que nos acompañó.
No sabemos si el sustituto dará el peso.

Muchos más se irán bajando del barco mientras que otros subirán, pero... ¿ nada más así ?

Muchos compañeros se irán decantando y desencantado, pero no debemos perderlos, al menos no totalmente.

Si el primer círculo del presidente tiene fisuras, ¿ qué pasa más abajo ?

No se puede tapar el sol con un dedo. Sustituir al viejo aparato de estado será un proceso largo y muy difícil. Se requieren miles de cuadros políticos y de directivos de alto nivel que asuman las tareas nacionales, y las de cada estado y municipio.

Muchos dirigentes han de reelegirse, pero muchos más competirán por primera vez, y lo más probable es que ganen. Pero, ¿quiénes, con que calidad?

Para avanzar en la lucha contra la corrupción, contra la inseguridad, contra la injusticia, contra la pobreza, y seguir construyendo la democracia se requiere desarrollar un gran esfuerzo de educación y de conciencia política.

Eso debe hacerse internamente.
Vale la pena señalarlo, no será suficiente con elevar a cargos públicos a estudiantes que se formen en el extranjero.

El gran problema ¿ qué tipo de preparación política administrativa han de recibir los cuadros del partido, de qué manera, en qué dosis, por quiénes?

En la historia de nuestro país ningún grupo político pudo resolverlo con éxito. Las mejores escuelas de cuadros se limitaron a hacer seminarios de regular calidad, con alumnos de mediano compromiso, para leer folletos y manuales que no correspondían ni a su interés, ni a su capacidad, ni a la realidad nacional.

Analizar esto con calma y empezar a hacer las primeras propuestas de qué enseñar, cómo enseñar y a quiénes, tiene que ser materia de varios comentarios.

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arturo salcido beltrán
diputado federal por el partido comunista mexicano a la LI legislatura, 1979-1982.
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