SINGLADURA
Ni fiesta ni funeral. Así podría resumirse el comportamiento de la economía
mexicana bajo la Cuarta Transformación (4T) en los segundos tres meses de este año. Dicho de otro modo: el “avance” del 0.1 por ciento del segundo trimestre, destacado por el presidente Andrés Manuel López Obrador, es precario. Como jefe de Estado, López Obrador envió un mensaje de aliento. Se despeja el miedo, dijo. En cierto grado, hay que apuntar. Siempre será mejor uno que cero, pero México requiere mucho más que eso para comenzar a desfacer los entuertos de la economía neoliberal. Esto también es cierto.
Algo hace ruido en el mensaje del presidente. Es su persistencia, tozudez o como quiera llamarse, por el pugilato. Porque eso dejó en claro cuando la emprende contra quienes pronosticaron la casi inevitable recesión, un escenario ciertamente que a nadie debiera hacerle sentir feliz de anticipar o proclamar, aún y cuando pudiera valerles el trofeo personalísimo de que tenían razón. ¿Cuántas veces la razón nos destruye, o al menos de nada sirve? A veces la razón sólo es útil para acrecentar el encono, la venganza y aún la descalificación.
Así que quienes se equivocaron al presagiar la recesión económica como consecuencia de las políticas de la 4T también deberían sopesar su yerro, mesurar sus diagnósticos. A nadie conviene, insisto, que el país no crezca o lo haga a tasas mediocres, insuficientes. ¿O si? ¿O acaso es más valioso e importante elevar el estandarte de la razón, del te lo dije? Así que será mejor serenarnos todos. México está en medio.
El gobierno de López Obrador, tan crítico siempre de los saldos neoliberales, tendrá que aplicarse para que la economía retome un ritmo más dinámico o menos lento, según se vea. Bienvenidos entonces “los empujoncitos” recién anunciados por Arturo Herrera, el jefe hacendario del país.
El tiempo será a partir de ahora un factor clave para la 4T. Los argumentos, trasfondos y herencias poco abonarán a su favor. El balancín de la historia se inclinará menos por el peso hereditario que por el ejercicio cotidiano de la 4T. Deben saberlo. De otra forma no habrían anunciado “empujoncitos” económicos de miles de millones de pesos para la parte final de este año.
Más nos vale entonces que los “empujoncitos” lleven el auto de la economía a un mejor destino. De otra forma sobrevendrán los costos de usar unos neumáticos lisos, una carrocería desvencijada y un motor fuera de carburación.
El país requiere ir más allá de la razón del que festeja sin rubor o del que llora sin cadáver.
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@RobertoCienfue1