La selección mexicana inició la última etapa clasificatoria para el Mundial de Brasil 2014
la semana pasada enfrentando a Jamaica y dejó más dudas que certezas en su funcionamiento. Mucho se ha hablado ya de la gris actuación de los mexicanos, de lo decepcionante que fue el partido por parte de los nuestros, de lo inoperantes que se vieron los blancos y de la falta de variantes tácticas que mostró José Manuel de la Torre. Se habla menos del extraordinario partido hecho por los jamaicanos, de cómo un equipo jugando con el corazón puede salir adelante y de que, de no ser por la inocencia de los ofensores, quienes por momento parecía que el entorno les pesó, pudo ganar el partido con dos manos a mano que Corona tapó muy bien.
Para nadie es un secreto que México debe de mejorar muchísimo para poder sortear con facilidad el hexagonal. Tendría que pasar una tragedia para perder la clasificación, pero se trata de clasificar lo más pronto posible, sin tener que esperarnos al último partido, a la combinación de resultados, para asegurar el pase al Mundial, como ha sucedido en la mayoría de las eliminatorias.
El ‘Chepo’ tiene la misión de entender que su sistema es por demás rígido, que cuenta con pocas variantes y que debe de buscar mayor flexibilidad en su táctica para cuando un partido se complique, como el de Jamaica o peor. Contra Dinamarca fue lo mismo, su juego se vuelve predecible, no hay variantes que destaquen, los volantes están amarrados a la banda y los contenciones no despuntan. De la Torre debe encontrar la manera de evolucionar su sistema, de dar el verdadero salto de calidad paras que esta selección pueda hacer un papel histórico.
El partido que viene será, quizá, el más complicado de todo el hexagonal, visitar a la selección de Honduras, donde nuestra selección es más que odiada, donde el público pesa bastante, donde los hondureños juegan el mejor partido que sus capacidades les permitan y donde México lleva años sin poder vencer.
Habrá que ver qué tan fuerte mentalidad poseen los mexicanos para salir adelante en este partido. Así mismo, es ahora más que nunca cuando los líderes del vestidor deben de alzar la voz y guiar a sus compañeros, caso contrario a lo que hizo el ‘Meza’ Rodríguez con su seña obscena dedicada a una cámara de televisión. Se disculpó, de forma obligada, es cierto; habrá sanción económica, también es cierto, pero el jugador que porta el gafete de capitán de la selección nacional no puede darse el lujo de perder la cabeza de esa manera. A mi entender Rodríguez no puede ser más el capitán de los tricolores, me parece que ese honor le corresponde a futbolistas con mayor liderazgo y que aportan más a la selección, léase Carlos Salcido.
La actuación de México en el Azteca fue decepcionante. Ojalá que esto no se vuelva a repetir pues, ahora sí, viene lo bueno. Así entonces.
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