Jerusalén en el DF.

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Hablar de Semana Santa, implica tocar temas más allá de la religión, ya que es una época llena de tradiciones que no sólo se celebra en México, también lo hacen en el resto del mundo.


Sin embargo, como toda tradición, tiene una razón de ser. Cada uno de los días son importantes, ya que cada uno tiene su propio significado.
Comencemos con el Domingo de Ramos, en donde los feligreses acuden a la iglesia con “ramas” de palmas que se bendicen. Al terminar la misa, las personas se llevan las ramas a sus hogares y las colocan en algún lugar; esto con el fin de “santificar o bendecir” ese espacio.
Cuando Jesús vivió, acostumbraban a recibir a los reyes y soberanos con palmas y ramos, para demostrar así el aprecio del pueblo por ellos; eso fue lo que hicieron cuando Jesús entró a Jerusalén.
De este mismo hecho se desprende la tradición de las alfombras de flores, aserrín o frutas que se elaboran por los feligreses para el paso de las diferentes procesiones por las calles. También se llevaron en los altares de velación.
Otra de las tradiciones representativas es el lavatorio de pies.
Esto se lleva a cabo el Jueves Santo, en donde se escogen a 12 asistentes varones y el sacerdote les lava los pies, en representación cuando Jesús le lavó los pies a sus discípulos en la Última Cena.
Ese mismo día también se lleva a cabo la tradición de la visita a los siete templos, este peregrinar simboliza el ir y venir de Jesús después de haber sido aprendido en el Huerto de Getsemaní, lugar a donde se dirigió Jesús después de la Última Cena.
En la televisión es común ver en Viernes Santo Vía Crucis vivientes.
El más conocido en México es el representado en Ixtapalapa. El Vía Crucis se compone de estaciones que son imágenes de algunos momentos que vivió Jesús antes de ser crucificado.
Este mismo día en muchos lugares se lleva a cabo la quema del Judas. Se elabora un muñeco también conocido como Juan Carnaval y se le prende fuego recordando la traición a Jesús. Para los campesinos esto simboliza el inicio de un “año nuevo” de cosecha.
En algunas comunidades indígenas, como entre los huicholes, en lugar de la quema del Judas se brinca por encima de una valla de fuego hecho con zacate ardiendo.
Por la noche de este mismo día, se lleva a cabo la procesión del silencio.
Las personas realizan una procesión silenciosa acompañada de velas reflexionando sobre los acontecimientos del día.
Mitzi Sarai Pérez Vargas.