Desde el pasado lunes, la red de sismógrafos del IG registró un aumento en el número de sismos leves de "largo periodo", relacionados con el movimiento de fluidos al interior del edificio volcánico.

Asimismo, el martes se registró un sismo relacionado con la ruptura interna de rocas (vulcano tectónico) y el miércoles una explosión de pequeña magnitud.

En los últimos cuatro días, el IG ha detectado 103 sismos leves de "largo periodo" en el Tungurahua, cuyo actual proceso eruptivo empezó en 1999 y que desde entonces ha intercalado periodos de alta actividad con lapsos de relativa calma.

El informe especial del IG advierte además de un incremento en las mediciones de dióxido de azufre (SO2), así como de pequeñas emisiones de gases y vapor de agua, poco energéticas, que han alcanzado los 300 metros de altura sobre la cumbre.