Manuel Bautista, presidente del Banco Central de Honduras, dijo en una entrevista con Reuters que "en el peor de los escenarios" -que incluye una caída drástica en las remesas y deportaciones de trabajadores irregulares hondureños- el país crecería alrededor de un 2,7 por ciento.

"Este crecimiento se ve en parte amenazado por la incertidumbre que ha generado la toma de posesión del señor Donald Trump", dijo Bautista, de 76 años, en su sobrio despacho en la sede del banco, ubicado junto a algunos de los barrios más pobres de la capital hondureña.

El funcionario celebró que han escuchado "voces más tranquilas" entre los nominados para el gabinete de Trump, quien asume el 20 de enero, y se mostró confiado respecto a las exportaciones agrícolas y textiles a Estados Unidos pese a la retórica proteccionista del magnate republicano.

"El impacto que podría tener para Honduras más se podría ver por el lado de las remesas que por el impacto en las empresas y el comercio", agregó.

Durante la campaña electoral, Trump amenazó con bloquear el envío de remesas de los inmigrantes, vital para las economías de México y Centroamérica, y deportar a millones de inmigrantes indocumentados.

Estos envíos sumaron unos 3.900 millones de dólares en Honduras en 2016, un alza del 3,3 por ciento respecto al año previo y casi el 20 por ciento del PIB del país, que en su gran mayoría se destinaron al consumo de las familias.

El funcionario agregó que en 2016 la economía creció un 3,6 por ciento y la inflación se aceleró un 3,3 por ciento.

La previsión de crecimiento es superior a la anterior meta del Banco Central publicada en febrero del año pasado, antes de la victoria de Trump, cuando estimó que el Producto Interno Bruto (PIB) crecería entre en 2017 entre un 3,3 y un 3,7 por ciento impulsado con una inflación de en torno al 4,5 por ciento.