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Visiblemente emocionado, rodeado de amigos, familiares, colegas y discípulos, Enrique Florescano agradeció las muestras de afecto y palabras honrosas hacía su persona y trayectoria, recibidas ayer al mediodía en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes, con motivo de su cumpleaños número 80.

Aída Castilleja, secretaria técnica del INAH, los investigadores Erik Velásquez y Erika Pani, y el escritor Geney Beltrán, acompañaron al prolífico investigador en el evento, quienes hablaron de sus aportaciones, publicaciones y trabajo recorrido en los ámbitos académico, editorial, de divulgación y como historiador de lo moderno.

Al tomar la palabra, Enrique Florescano recordó que comenzó a estudiar “Historia con mayúscula”, en el año de 1958 en las aulas de Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Veracruzana, donde todo era nuevo y cálido, y la relación con los maestros, estrecha y personal.

En su discurso recordó a las diferentes instituciones que lo cobijaron, entre ellas al COLMEX. Reconoció a los maestros, colegas y amigos que le enseñaron a pensar y a trabajar con disciplina. “En las diferentes etapas mi formación estuve arropado por equipos inteligentes. Soy el fruto de un equipo generacional que me construyó en etapas sucesivas”.

Luego de agradecer a su familia, y actual equipo de colaboradores, dijo no encontrar las palabras adecuadas para expresar los sentimientos que le suscitaban cada una de las intervenciones en las que destacaron su trabajo. “Estoy emocionado y conmovido. Sólo puedo decir: muchas gracias”.

El traductor, ensayista y crítico literario Geney Beltrán describió a Enrique Florescano como una de las figuras trascendentales de la cultura mexicana, respetado por sus colegas y con presencia entre los lectores, quien cuenta con una obra consolidada que ha abierto caminos en el conocimiento del pasado de México.

“Es un investigador curioso, acucioso y obsesivo, un purito exigente por el rigor documental y la solidez argumentativa. Maestro y forjador de nuevas vocaciones en su disciplina”, añadió.

Mencionó su labor como funcionario al frente de instancias académicas y de instituciones oficiales dedicadas a la preservación del patrimonio y a la gestión cultural, así como su faceta como editor, al dar un impulso al conocimiento impreso de la historia, en general de las humanidades y de las ciencias sociales.

“Enrique Florescano siempre ha buscado recursos y elementos para que el conocimiento especializado tenga oportunidad de construir un diálogo inteligente fuera de las aulas y agregó que el rigor, la precisión, la curiosidad y la defensa del lector, son los atributos en los que está basado su trabajo”.

Beltrán apuntó que el Premio Nacional de Ciencias y Artes, en el área de Historia, Ciencias Sociales y Filosofía 1996, es un hombre siempre inquieto por poner en marcha nuevos proyectos en torno a temas que se han cruzado en sus lecturas o surgido en alguna conversación”.

Erika Pani, directora del Centro de Estudios Históricos de El Colegio de México señaló que los textos publicados desde 1963 del miembro Titular de la Academia Mexicana de Ciencias arrojan a la luz a un historiador maduro y ecléctico, cuyo trabajo es una referencia central.

“Enrique Florescano ha publicado una serie de textos esenciales para comprender la deconstrucción nacional del país y el papel que dentro de éste ha desempeñado de la mano del estado y de la historia.

“Ha analizado la historia de las memorias indígenas y mexicana, ha ponderado la influencia y las formas de contar la historia, ha trabajado aquellos artefactos que nos remiten a la nación: monumentos, nombres de calles”, aseveró Erika Pani.

Señaló al autor de ¿Cómo se hace un Dios? Creación y recreación de los dioses en Mesoamérica, como un emprendedor cultural que ha impulsado la reflexión seria desde la academia sobre temas estratégicos.

Por su parte Erik Velázquez García, investigador del Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM; dijo que las obras del maestro Florescano revelan una gran erudición y destreza mental.

“Su prosa es amena y atractiva pues cada libro fue hecho con el fin de captar la atención de lectores, virtud no fácil de lograr pero que revela la preocupación del estudioso por convertir a la historia en una adquisición casi democrática derrumbando los muros entre el especialista y el público de a pie.

Fundó la revista Nexos, de la que fue director, y ha publicado gran cantidad de artículos de investigación en revistas científicas del área de ciencias sociales de México y el extranjero. Actualmente es el titular de la Coordinación Nacional de Programas Especiales Históricos de la Secretaría de Cultura.