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Un total de 140 piezas de las más de 10 mil que forman la colección del anticuario Rodrigo Rivero Lake pueden ser admiradas en la exposición que Amados objetos que se encuentra en exhibición en el Museo de Arte Moderno (MAM).

Esta muestra, que también incluye 40 piezas del acervo del MAM, ha registrado gran éxito pues en ella convergen las artes plásticas y las artes aplicadas bajo el hilo conductor de la belleza, para presentar un diálogo entre obras como cuadros y esculturas del siglo XX con todo tipo de objetos y muebles de distintas épocas de los siglos XVI al XIX.

El anticuario y coleccionista señaló que la gran ventaja de esta exposición que hasta el 20 de agosto ha sido visitada por más de 84 mil personas, es que “no está dedicada a un corte específico de la cultura, ni de un artista y tampoco se trata de que la gente vaya a sentirse docta”, ya que lo importante es que en esta muestra “la gente va a sentir, qué veo y qué siento entre una pieza antigua y una contemporánea”.

Por ello, Rodrigo Rivero Lake destacó que Amados objetos recibe al visitante con unas puertas, talladas finamente en madera procedente de la India, “porque la puerta siempre es la entrada o la salida de algo” y en México hasta decimos que “la puerta negra no es la culpable”, además de que a través de una aplicación por el teléfono celular, se puede recibir una explicación de la mayoría de las piezas.

En una exposición así, agregó el anticuario en entrevista con la Secretaría de Cultura, “lo contemporáneo con lo antiguo se mezcla, se da una identificación y permite tener una variante dentro de un museo”, pues aunque en México no se estilan este tipo de muestras, son comunes en otros recintos del mundo, como el British Museum y el Victoria and Albert Museum, ambos en Londres.

A la fecha, la colección particular de Rivero Lake consta de más de 10 mil piezas que ha adquirido en todo el mundo. “Uno empieza desde niño coleccionando cochinadas que después empiezan a valer, siempre he tenido la idea de que las piezas te buscan a ti, cuando estas perceptible a ellas y todo es una actitud”.

Y así comenzó su colección. “Me metí en esto, no sé ni cómo le hice y de repente ya estaba yo viajando por todos lados”, primero con la porcelana china de exportación y después con la adquisición de altares y elementos de arquitectura de los templos que eran destruidos en India.

“Me interesó y he estado viajando por muchos lugares, he tenido muchos problemas porque la gente no entiende que hay que salvar las piezas, no hay que tener un patriotismo exacerbante, la cultura no se puede volver otra vez hermética y de grupos determinados, al contrario, se debe explayar”.

Rivero Lake ha dedicado parte de su vida al rescate y conservación de piezas que para su adquisición, dijo, “me baso en lo que me gusta y lo revaloro de acuerdo con lo que sé, hay piezas que uno va descubriendo”, como es el caso de un cuadro de Luis Juárez, un pintor mexicano muy importante del siglo XVII, que encontró en una subasta en Nueva York catalogado como pintura española”.

En este sentido, el anticuario aseguró que las antigüedades tienen cierta magia para persistir a través del tiempo “y te andan buscando a ti para ellas salvarse”.

Como coleccionista, dijo, ha habido ocasiones en que ha tardado hasta 33 años en adquirir una pieza y como las cosas se mueven, ha encontrado en lugares tan remotos como Manila, arcones mexicanos en los que se llevaban las cosas en la Nao de China que, durante el Virreinato, salía de Acapulco.

Lamentablemente, acotó, en México está mal visto el coleccionismo, a pesar que un país que no tiene coleccionistas no puede acabar con buenos museos, porque estos recintos están hechos a través de las donaciones de grandes colecciones.

Sin embargo, más que abrir un museo, Rivero Lake está interesado en colaborar con los ya existentes para mostrar a todos los mexicanos parte de su colección, ya que las visitas a los museos generan en los asistentes curiosidad para investigar y acercarse más al arte y la cultura.

Por ejemplo, señaló, en la exposición Amados objetos, se exhibe la única pieza que su padre le legó a Rivero Lake, el documento de la ex comunión de Miguel Hidalgo, así como una gran variedad de objetos que ha adquirido procedentes de distintas culturas.

Las piezas del anticuario se encuentran en todo el país, pues actualmente tiene una exposición en Tampico titulada Guadalupe, mensajera de paz conformada por más de 50 cuadros de la virgen, altares de iglesias y lámparas de plata de los siglos XVII, XVIII y XIX, la cual ya se presentó en Ciudad Victoria y Reynosa y próximamente viajará a Matamoros, Tamaulipas.

Por otro lado, refirió, el Museo de Acapulco en el Fuerte de San Diego exhibe más de 100 piezas que el coleccionista prestó hace más de 10 años y ahora participará en una nueva exposición que alista el Palacio de Bellas Artes.

Esta muestra, dijo, será sobre el pintor y también coleccionista “Chucho Reyes en Bellas Artes, voy a colaborar con más de 100 piezas porque tuve la fortuna de comprar muchas cosas de su casa y también tengo como 300 obras, vamos a ver cómo hacemos para que la exposición quede bien”.

En tanto, los interesados en admirar una pequeña pero sustanciosa parte de la colección de Rivero Lake pueden acudir a la muestra Amados objetos que estará abierta hasta el 8 de octubre en el Museo de Arte Moderno, Avenida Paseo de la Reforma y Calzada Gandhi, colonia Chapultepec Polanco.