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Con un collage de la mejor poesía de la "undécima musa", el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) recordó el centenario del natalicio de la escritora y poetisa

mexicana Guadalupe Teresa Amor Schmidtlein, Pita Amor, en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes.

En la sesión “Sagrado sonambulismo”, bajo la dirección del dramaturgo Miguel Sabido, las actrices Martha Zavaleta, Patricia Martínez y Elia Domenzain, moderadas por el también actor Manuel Ojeda, ofrecieron una lectura en voz alta de algunos poemas de la mujer que vivió intensamente y aceptó por igual placeres y amarguras.

Se trata de un compendio de la poesía de Pita Amor que hizo Miguel Sabido para recordar a esa hermosa mujer, apasionada y polémica, apadrinada poéticamente por Alfonso Reyes, y que dejó inmovilizado al público de la Sala Manuel M. Ponce.

Antes, el primer actor Manuel Ojeda hizo una pequeña introducción sobre Pita Amor, refiriéndose a ella como un personaje dulce, furioso, frágil, arrebatado, lúcido, un portentoso volcán en erupción dueño de su mito.

Indicó que según Alfonso Reyes la obra de la poetisa es un "caso mitológico, cuya parte fundamental y trascendente es su poesía, que remonta a los más altos vuelos y se interna en los abismos más hondos".

Esta poetisa excepcional, planteó, "se ha situado por méritos propios junto a Sor Juana, Santa Teresa, San Juan de la Cruz, Federico García Lorca y Rubén Darío; ella misma se ha encargado de definir su obra con soberbia”, enfatizó Ojeda, quien agregó que la vida de Pita Amor fue un gran acontecimiento, deslumbrante y trágico, aterrador y jubiloso".

Enseguida aparecieron en el escenario las actrices para dar pie y rendir homenaje a Amor con lo mejor de su obra.

Fue la primera actriz Martha Zavaleta quien, al iniciar la sesión, interpretó el personaje de esa mujer excéntrica, violenta, difícil y considerada la poeta más famosa y aclamada de los cuarentas y cincuentas del siglo XX.

Martha (Pita Amor): Soy vanidosa, déspota, blasfema, soberbia, altiva, desdeñosa, pero conservo aún la tez de rosa. Patricia (escandalizada) ¡Pita… te vas a ir al infierno por vanidosa!

Martha: La lumbre del infierno a mí me quema, es de cristal cortado mi sistema, soy ególatra, fría, tumultuosa, me quiebro como frágil mariposa, yo misma he construido mi anatema. Patricia: Eres una niña mal educada y perversa.

Martha: Soy perversa, malvada, vengativa. Es prestada mi sangre fugitiva, mis pensamientos son muy taciturnos, mis sueños de pecado son nocturnos. Soy histérica, loca, desquiciada, pero a la eternidad ya sentenciada.

Patricia: ¡Cállate!, ¡imprudente!, ¡mal educada!, ¡impúdica!, ¡descarada!, ¡cínica! Martha: Shakespeare me llamó genial, Lope de Vega, infinita Calderón, bruja maldita y fray Luis, la episcopal…Patricia (escandalizada): ¡Guadalupe! ¡Esos son autores respetables!

Fue parte del guión que las actrices ofrecieron a un público que quedó enmudecido ante la magistral dramatización y en cuyo final apareció una fotografía de gran tamaño en blanco y negro de la homenajeada, acompañada por una lluvia de aplausos.