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La exposición Los mil colores de México, del fotógrafo Carlos Hahn, retrata la identidad nacional a través de la gente, tradiciones, costumbres, oficios, geografía y colores, así como de fiestas, bailes y la riqueza cultural de las texturas.

La mayoría de su obra fue tomada con película fotográfica. Al ser un artista con más de 40 años de experiencia, Hahn comentó que tiene un especial “amor” por las cámaras analógicas, y aunque la tecnología está al alcance de gran parte de la población para capturar imágenes digitales, prefiere la fotografía tradicional.

“Para mí es un mito que con los celulares se puedan sacar fotos de una alta calidad al nivel de una cámara fotográfica profesional; con un lente de mica que tienen los celulares no se puede llegar a ampliar a un metro ochenta, aunque digan que tienen muchos megapíxeles. Un ejemplo es la fotografía que capturé de unos trompos mexicanos, están hechos con película de 35 milímetros explotada al máximo y para llegar a una toma como esa se necesitarían más de 20 megapíxeles en una cámara digital y un muy buen sensor.

“No obstante, la fotografía digital ha cambio totalmente el rumbo de hacer fotografía, la tecnología está encima de nosotros (…) El retoque digital permite fotocomposiciones con una calidad impresionante y en estos casos las computadoras y los programas de edición juegan un rol muy importante”, comentó el maestro Hahn en entrevista para el Foro Consultivo Científico y Tecnológico.

Una de las fotografías de la exposición es “El señor de Cuetzalan”, realizado con película de 35 milímetros e impreso digitalmente en laminado. Fue hecha con la técnica de mosaico fotográfico, que cuenta con 2 mil 500 imágenes, todas de la autoría de Carlos Hahn.

Sacar el arte de las galerías y museos

 

La exposición Los mil colores de México, integrada por más de 20 imágenes, se exhibe en un hotel ubicado en Paseo de la Reforma 208 en la Cuidad de México, que estará abierta al público sin costo alguno hasta el 8 de octubre.

“El objetivo de esta exposición es sacar el arte de las galerías y los museos y acercarlo a públicos que no visitan este tipo de lugares, con la finalidad de que un mayor número de personas, pero sobre todo nuevos tipos de públicos, puedan apreciar el gran arte que se hace en México.

“En el caso de la obra de Carlos Hahn, lo que se quiere transmitir es la diversidad cultural de nuestro país, por medio de un ojo sensible que antepone pasión y amor por lo que captura. La idea es mostrar periódicamente en este mismo espacio, diversas opciones de artistas mexicanos, tanto fotógrafos como pintores y escultores”, informó Elsa González Boijseauneau, directora de Artlux –asesores en arte- y organizadora de la exhibición.

Los visitantes podrán observar desde unas gelatinas, botellas de raspados y piñatas al viento, hasta una tehuana en la Guelaguetza o una trajinera.