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Los laboratorios itinerantes para producir grandes cantidades de cocaína pura constituyen la última modalidad de la mafia de la droga, descubierta en las

afueras de la capital colombiana, aseguró un reporte de la Fiscalía General de este país sudamericano.

La Fiscalía General y la Fuerzas Militares ubicaron y destruyeron en el municipio de Sibaté “un complejo para la producción de cocaína, y descubrieron una nueva modalidad del narcotráfico: diseñar laboratorios itinerantes y arrendarlos a pequeñas organizaciones criminales por cortos periodos”

La Dirección Especializada contra el Narcotráfico de la Fiscalía y personal de la Décima Tercera Brigada del Ejército lanzó una operación que permitió detectar en Sibaté un complejo para la producción de cocaína, apuntaron.

Narraron que "tras un corto intercambio de disparos, la zona fue asegurada”, cuatro hombres fueron capturados y toda la infraestructura dispuesta para “la elaboración del estupefaciente fue inspeccionada. El complejo narcotraficante estaba compuesto por cuatro estructuras rústicas de madera y plástico”.

En una de las estructuras “eran almacenados los insumos líquidos y sólidos, en otra se hacía el proceso secado de la cocaína, una más servía de cuarto de máquinas y en el espacio más pequeño había una cocina”, dijeron.

El hallazgo de este laboratorio de producción de cocaína cerca de Bogotá puso en evidencia una nueva modalidad utilizada por los narcotraficantes, que consiste en tales “laboratorios itinerantes" situados a pocos kilómetros de las ciudades.

Tales instalaciones, acondicionadas con máquinas para el procesamiento, las "alquilan a pequeñas organizaciones criminales que se encargan de la contratación del personal, la obtención de los insumos, la producción y transporte del alcaloide, y la búsqueda de los contactos en el exterior para poner el estupefaciente”.

El complejo “habría sido arrendado hace apenas un mes. La organización que lo tomó procesaba máximo tres días por semana. La base de coca habría ingresado del sur del país y tenía la capacidad de producir 150 kilogramos de clorhidrato de cocaína diarios, y algo más de tres toneladas al mes”.

Las evidencias físicas recaudadas indicarían que “el estupefaciente iba a ser agrupado en un municipio aledaño a Sibaté, camuflado en tractocamiones, trasladado a un puerto en Pacífico colombiano, y sería embarcado entre frutas rumbo a Centroamérica”.

Las investigaciones están “dirigidas a identificar a la estructura responsable de la producción y a los dueños del complejo que lo pusieron en arriendo”.