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Jerusalén. La esposa del primer ministro de Israel, Sara Netanyahu, se presentó hoy ante un tribunal para enfrentar un juicio por fraude, por el presunto uso de fondos estatales en la compra de comida destinada a reuniones privadas.

Se trató de la primera audiencia del juicio derivado de una acusación contra Sara Netanyahu, quien con un empleado del gobierno habría obtenido de forma fraudulenta del Estado más de 100 mil dólares para la compra de cientos de comidas suministradas por restaurantes, evitando las regulaciones que prohíben la práctica si un cocinero trabaja en su hogar.

La esposa del jefe de gobierno israelí, Benjamin Netanyahu, se presentó a la Corte, visiblemente tensa, angustiada y sin dar respuesta a los comentarios de reporteros en la pequeña sala del tribunal, donde se sentó en el banquillo de los acusados flanqueada por sus abogados.

"¿Podemos pedirles que alejen las cámaras?", preguntó Sara al fiscal, quien respondió: "Usted está acostumbrada. No así," acotó la mujer, según el sitio Ynetnews y la edición electrónica del Ha’aretz Daily.

Yossi Cohen, principal abogado del equipo de defensa de Sara Netanyahu, planteó un retraso en las audiencias completas ante lo que llamó "desorden" en los materiales entregados a la defensa por la fiscalía estatal.

“Había materiales que faltaban en los archivos que nos fueron entregados. Había archivos que estaban destinados a ser adjuntados a la acusación principal. No los recibimos y no hemos podido prepararnos adecuadamente", dijo al juez Avital Chen.

El representante de la fiscalía, Jenny Avni, dijo que todos los archivos necesarios fueron entregados a la defensa, dando a entender que la solicitud era "una táctica de demora".

El juicio empezaría originalmente en julio, pero fue pospuesto hasta después de las vacaciones de verano del tribunal debido a un enfrentamiento con otro caso en el que Cohen estaba trabajando.

"Están tratando de convertir este caso menor de cuscús y comidas preparadas en un elaborado drama de la corte cuando simplemente no lo es", dijo Cohen.

La esposa del jefe de gobierno israelí es acusada de fraude y abuso de confianza y de recibo fraudulento agravado de bienes, por lo que de ser declarada culpable podría enfrentar una pena hasta de cinco años en prisión.