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La diputada Elizabeth Mateos propuso remunerar de manera permanente a quienes se dediquen al cuidado profesional de personas adultas mayores en la Ciudad de México, además de intensificar su profesionalización que los capacita, acredita y certifica como personal especializado.

Señaló que la Ciudad de México es vanguardista en garantizar los derechos de todas y todos sus habitantes, pero se debe insistir en otorgar más prerrogativas a uno de los grupos de población más discriminados en la sociedad y al interior de las familias, como son los adultos mayores, pero al mismo tiempo actuar en corresponsabilidad con los profesionales que los cuidan.

En la actualidad se tiene un registro de 500 cuidadores de personas adultas mayores en las 16 delegaciones políticas que se encuentran en capacitación, cuyo proceso pretende hacer visible su labor y aporte a la comunidad, además de reconocerlos como sujetos de derechos por su contribución valiosa a la sociedad.

La capacitación tiene por objetivo que las y los cuidadores de personas adultas mayores sean capaces de resolver necesidades y actividades cotidianas, así como identificar y evaluar de forma básica la problemática social, funcional y nutricional que afecte la salud y funcionalidad de una persona mayor, poniendo atención en su autocuidado.

En el proceso de capacitación, además de los conocimientos del cuidado de personas que requerirán para desarrollar su labor, la secretaría del trabajo y Fomento al Empleo de la CDMX les otorgará una beca mensual de mil 433 pesos y, en una ocasión, les dará 300 pesos para cubrir sus pasajes.

De ahí que la legisladora, exhortó al secretario de Desarrollo Social del Gobierno de la Ciudad de México, José Ramón Amieva, para que esos profesionales solventar sus gastos económicos con tranquilidad, ya que su tiempo, en muchas ocasiones, se divide para obtener los ingresos económicos que requieren.

Se debe contrarrestar esa situación que afecta la atención y tranquilidad de ambos grupos involucrados, mediante la implementación de un programa de profesionalización, pero al mismo tiempo de un ingreso permanente para quienes dedican su tiempo al cuidado de personas en etapa adulta.

Así como los cuidadores serán capacitados y obtendrán mejores herramientas para aminorar las complicaciones de su quehacer profesional, desde una perspectiva de género y los ámbitos gerontológico y geriátrico en el cuidado profesional de personas, también se les debe retibuir económicamente su labor de una manera permanente.

La presidenta de la Comisión de Atención a Grupos Vulnerables de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, recordó que las personas en la etapa de adultez requieren el apoyo ya que se les ha colocado bajo patrones culturales relacionados con la falta de productividad, enfermedad, pérdida de independencia, que los ha expuesto en condición de vulnerabilidad y exclusión social.

Pese a que la capital del país tiene un marco legal amplio que protege a ese sector social en desventaja, persiste una brecha importante que obstaculiza el pleno ejercicio de los derechos de quienes tienen 60 años de edad y más, al ser tratados como una carga para las familias, concluyó.