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Las comisiones de Relaciones Exteriores América del Norte; de Relaciones Exteriores; y de Marina, refrendaron su compromiso de analizar a fondo el Tratado entre México y Estados Unidos sobre la delimitación de la frontera marítima en la región oriental del Golfo de México, y generar con ello las condiciones adecuadas para explorar y explotar en beneficio del país los recursos naturales de esa zona.

Durante el foro “Análisis del Tratado entre México y Estados Unidos sobre la delimitación marítima en la región oriental del Golfo de México”, legisladores y especialistas señalaron que este tratado permite acotar las zonas para la respectiva exploración y explotación de los recursos naturales dentro de las zonas en cuestión, de manera que aporte claridad sobre los derechos atribuibles a cada Estado.

La senadora Marcela Guerra Castillo, presidenta de la Comisión de Relaciones Exteriores América del Norte, señaló que el 10 de octubre de 2017, el Poder Ejecutivo remitió al Senado de la República dos instrumentos internacionales relativos a la delimitación de la frontera marítima en la región oriental del Golfo de México y estos ahora serán analizados con todo rigor en beneficio de la nación.

Indicó que es primordial conocer los términos jurídicos de lo que este acuerdo significa, sobre todo por la biodiversidad y riqueza natural que hay en esa zona.

Refirió que poseemos 11 mil 592 kilómetros de líneas de costa en la que existen aproximadamente un millón y medio de hectáreas de lagunas costeras; 5 mil 83 kilómetros de islas marinas; 3 mil 149 kilómetros en la zona económica exclusiva.

Dijo que el hecho de que estemos próximos a otros estados ribereños y que compartamos con ellos fronteras en las costas, específicamente en el Golfo de México, ha implicado para nuestro país la necesidad de entablar procesos de negociación, con el fin de limitar el territorio sobre el que podemos reclamar derechos de soberanía.

La senadora Guerra Castillo recordó que en la década pasada, cuando México presentó ante la Comisión de Límites de la Plataforma Continental de la Convención de Naciones Unidas sobre el derecho del mar, su propuesta para delimitar el polígono sobre los que podría reclamar jurisdicción, solamente prosperó la negociación y el tratado correspondiente para delimitar el polígono occidental con Estados Unidos.

“La delimitación del polígono oriental que implica México, Estados Unidos y Cuba quedó pendiente”, mencionó.

El senador Gerardo Flores Ramírez, secretario de la Mesa Directiva e integrante de la Comisión de Relaciones Exteriores, señaló que el tratado internacional en análisis sirve para dar certidumbre jurídica respecto al llamado polígono oriental en las aguas del Golfo de México, “es el único tema pendiente en materia de delimitación marítima con Estados Unidos”.

Dijo que si bien esta zona y la del polígono occidental pertenecen a altamar, ambas son susceptibles de reivindicación por estados caribeños, de acuerdo al derecho internacional; así que su definición en términos territoriales resulta pertinente.

“Por lo tanto, este tratado bilateral delimita el polígono oriental, cuya vecindad también se comparte con Cuba, demarcando el límite de la plataforma continental más allá de las 200 millas náuticas, y reivindicando así el derecho a la plataforma continental que corresponde a cada uno de los dos países”, explicó el senador Flores Ramírez.

Agregó que el instrumento internacional reconoce también la vigencia del marco jurídico existente en materia de yacimientos transfronterizos, de hidrocarburos.

El presidente de la Comisión de Marina, senador Ricardo Barroso Agramont, dijo que México no puede quedar cerrado a propuestas y acuerdos internacionales en beneficio de sus intereses; por ello, toca al Senado analizar con toda responsabilidad los alcances de dicho instrumento.

Refirió que el polígono oriental en materia del tratado tiene un área aproximada de 20 mil kilómetros cuadrados, por lo que el aprovechamiento de los recursos es de vital interés para México en lo económico y lo social.

“El análisis de este documento es de trascendencia, en el rubro de la política exterior es fundamental, ya que en la delimitación del polígono oriental es un área estratégica y habremos de generar las reglas y las delimitaciones que nos den la seguridad de nuestro territorio”, sostuvo.

El embajador Alberto Székely comentó que aun cuando este tratado llegue a entrar en vigor, la labor de México todavía está lejos de concluir, tenemos todavía que definir, negociar las zonas económicas exclusivas y plataformas continentales en el Caribe, sobre todo con Guatemala y Belice.

También explicó que hay negociaciones pendientes con Cuba, Honduras y Belice en el mar Caribe. Queda una gran tarea en la que México está retrasado considerablemente, que es la de desarrollar el régimen jurídico de los vastos yacimientos de minerales que hay en el fondo del mar y el subsuelo de la zona económica exclusiva y plataforma continental, añadió.

Mencionó que existe un régimen internacional, a través de la autoridad internacional de los fondos marinos, en la que México ha tenido una participación incompleta, y es momento de llegar a acuerdos con todas las naciones involucradas en definir las delimitaciones.

Se llevaron a cabo diversas mesas de análisis, entre ellas, sobre los antecedentes sobre la delimitación marítima en la zona del Golfo de México; el contenido del tratado, sus detalles técnicos, y las implicaciones de contar con un instrumento de esta naturaleza.

Participaron también el consultor jurídico Alejandro Alday, de la Secretaría de Relaciones Exteriores; el geógrafo Carlos Agustín Guerrero, Director General de Geografía y Medio Ambiente, del INEGI; Rafael Díaz guzmán, subdirector de Hidrografía y Cartografía, de la Secretaría de Marina, además del embajador Joel Hernández García.