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Hace 20 años le detectaron osteoporosis, Juana Muñoz tenía 45 años y desde entonces su bolsa, en la que cargaba cosméticos, se convirtió en un “botiquín”, además modificó su alimentación y comenzó a caminar más seguido.

Todo parecía bajo control, hasta que hace tres años su salud se vio mermada y necesitó que le practicaran varios estudios de radiación electromagnética; sin embargo, por la osteoporosis ya no es recomendable. Ahora diagnosticarle con exactitud una enfermedad se ha vuelto realmente complicado.

“Cuando me diagnosticaron, los doctores dijeron que esa enfermedad era porque tuve ocho hijos, pero yo no creo que sea por eso, mi hermana tuvo 16 hijos y ella no tiene eso, ella está muy sana”.

La diferencia es que ella vive desde hace más de 45 años en la Ciudad de México y su hermana vive en un pequeño pueblo de Michoacán. Esto hace realmente la diferencia, ya que un nuevo estudio sugiere que la mala calidad del aire es un factor de riesgo para la osteoporosis y las fracturas óseas.

Se trata del artículo científico Association of air particulate pollution with bone loss over time and bone fracture risk: analysis of data from two independent studies, publicado recientemente en la prestigiosa revista The Lancet Planetary Health.

Dicho estudio fue realizado por investigadores de la Universidad de Harvard, la Universidad de Boston, New England Research Institute, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y el Instituto Nacional de Cancerología de México.

En entrevista con la Agencia Informativa Conacyt, Diddier Prada Ortega, investigador en ciencias médicas adscrito al Instituto Nacional de Cancerología (Incan) y a la Facultad de Medicina de la UNAM, explicó que este estudio en el cual han trabajado más de cinco años tenía como objetivo ver qué impacto tenía la contaminación en la salud ósea.