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Monterrey, Nuevo León. 7 de enero de 2019 (Agencia Informativa Conacyt).-En México, siete de cada 10 adultos

padecen obesidad o sobrepeso, un problema de salud pública que ha detonado el lanzamiento de campañas de concientización para adoptar una alimentación saludable y realizar actividades físicas.

Sin embargo, el sobrepeso y la obesidad necesitan mucho más que mensajes. En una condición de obesidad también influye el entorno ambiental, pero también la genética propia. ¿Qué pasaría si esta enfermedad pudiera ser tratada de forma más efectiva? O, más aún, si existiera una especie de interruptores genéticos que permitieran desactivar algunos de sus efectos negativos.

El proyecto Genética de Enfermedades Metabólicas en México (GEMM), a cargo del doctor Raúl Bastarrachea Sosa, investigador de la Universidad de Texas en San Antonio, está orientado a determinar si existe alguna diferencia en la transcripción genética entre personas con tendencia familiar hacia la obesidad y las que no.