Se comenta sólo con…
Apenas once días de la nueva administración federal y el cúmulo de conflictos crece. El “nadie gana más que el Presidente” ha desatado una

enorme inconformidad. Y es que al trabajador no se le debe pagar por una disposición ególatra y de dominio, sino de capacidad y talento. Es un equívoco intentar, bajo esquemas salariales, confrontar a uno de los poderes de la Unión, el judicial. Los excesos, y los sabe AMLO, se han dado en el legislativo, por sus dietas, sus aguinaldos, sus prestaciones, el volumen de holgazanes, la falta de asistencia, pero sobre todo, y eso también es corrupción, la franca y desmedida ignorancia e incompetencia. Adicional a ello, por supuesto, la aplicación de leyes al vapor, sin lecturas previas y actuando como pandilla (le dicen mayor ítem) para cubrir interese de grupo o unipersonales. Por el contrario, en el Poder Judicial, los más renombrados, preparados y doctos son los ministros que determinan uno de los factores indispensables en la República, la aplicación de la ley, el respeto a la Constitución, la consolidación de la Academia, el fortalecimiento de las instituciones. En mucho ponen orden en donde se pretende desorden. En mucho, exhiben a los iletrados oportunistas, que son muchos, que por estar en el “hueso” quedan un abierto ridículo por sus iniciativas. Los ministros de la Corte ganan su fama por sus estudios, o por sus improvisaciones y que el Presidente del país intente manipular y engañar con cifras es de lamentar. AMLO ha determinado una tarifa salarial que devengan los abogados sumando prestaciones. Es decir, si al salario del propio Ejecutivo Federal sumamos, alimentación, transporte, servicios médicos, telefonía, energía eléctrica, aguinaldo, pensión, seguridad pera él y su familia el total superaría por mucho los poco más de cien mil pesos que alardea. Por lo pronto el Presidente ya generó que 30 Entidades manifiesten su rechazo. El propio Luis Raúl González Perez, titular de la CNDH ha declarado que es necesario evitar “autoritarismos despóticos” y apuntó, ajustes sin vulnerar derechos. La respuesta de los morenistas es coordinar una serie de insultos en redes sociales contra los ministros. Hay que acabar con esas “ratas” dictan sus majaderías. Y todo porque el tabasqueña asegura que sus salarios son ofensivos. Lo cierto, lo verdadero, es que mientras a unos se les distingue por la violencia, la cobardía del anonimato y su permanente torpeza, a los ministrasen en donde se presentan reciben respeto y reconocimiento. Muchos que hoy se suman al griterío no saben los artículos que integran la Constitución, es más ni leer ni escribir, o revisamos sus mensajes digamos enviados desde comisión de educación, desde presumidos doctores universitarios que escriben “conciente” para atacar a un periodista o el joya de la corona, el reducido en su presentación, Paco Ignacio Taibo 2 flamante representante de la cultura, que no por ser económica, es necesariamente corriente y vulgar. Sin duda, hay de personajes a personajes, yo por lo pronto prefiero a los cultos que a los ignorantes.