Hector Astudillo, el gobernador de Guerrero enfrenta dos enormes desafíos, primero,
asegurarse que el próximo Tianguis Turístico supere los importantes logros de hace un año en Mazatlán; segundo, adaptarse a las nuevas política públicas en la materia que intenta imponer el secretario del ramo, Torruco. Prácticamente en asuntos de apoyos económicos y de promoción se está dejando sola a la entidad. Pero Astudillo, hábil, se está preparando. El personalmente está afinando todos los detalles, los vitales. La fecha de celebración del evento será del 7 al 12 de abril. Y sin duda este es el foro más importante para la industria turística y más aún cuando regresa a su lugar de origen. Hay que anotar que debe ser el primero que inaugure el Presidente López Obrador ante los intensos cuestionamientos acerca de las necesidades reales del país en sus ingresos por el turismo, o segmentar las actividades en los “fifis” y los demás. Por lo pronto los índices de ocupación hotelera en Acapulco se ido incrementando y sosteniendo. Astudillo ha impulso en estratégico proyecto de recuperación de imagen del llamado Triángulo de Oro (Taxco, Acapulco y Zihuatanejo). El impacto ha sido redituable. Se han multiplicado las visitas de cruceros y es evidente el crecimiento de la infraestructura y servicios. Acapulco sin duda alguna es Acapulco. Ha sido de siempre el referente turístico de México. La competencia con otros destinos no ha opacado la dimensión del puerto. El propio Carlos Slim ha favorecido la remodelación del viejo casco del centro histórico. La época dorada de la cinematografía, los espectáculos de vanguardia, las innovaciones hoteleras, la atracción para los jóvenes, la belleza de su geografía, su clima, en fin, el marco completo le pertenece a Acapulco. Así, la meta, con todo, a contracorriente para algunos, con esperanza y ánimo para otros, este, el Tianguis Turístico de Acapulco 2019 debe, tiene que ser el mejor. Hay con qué, hay formas, modos, entereza, imagen y sobretodo, capacidad.