Picotazo político 
Sheinbaum tiene razón, castigar económicamente a los automovilistas que
exceden la velocidad es un error, por ello dice adiós a las foto multas e impondrá un sistema de reducción de puntos a la licencia para que quien vaya perdiendo unidades por andar como loco se quede sin la credencial para circular y también deberá recibir educación vial, a cursos pues. Para la doctora Claudia esto se resume en educación, y mire que nos hace falta, pues si bien las autoridades son deficientes, también esta sociedad lo es y en grado superlativo. 
Decíamos hace menos de una semana que ninguna ciudad merece buenos gobiernos, si esta se comporta mal, si es desordenada, si hace trampa, si viola la ley, si soborna, si al conducir nos mostramos con altas dosis de histeria y que somos capaces de asesinar con tal de no dejar pasar al de a lado, seamos honestos, los capitalinos y todos los que aquí intentamos convivir traemos un chip más propenso a la destrucción y el agandalle... 
Este tipo de conflictos se resuelve con educación, y aunque cueste decirlo, somos una masa que siempre se ha resistido a ello, excepto con el uso del cinturón de seguridad, pues el resto de medidas no las hemos pasado por el arco del triunfo, el nivel de automovilistas  texteando o hablando por teléfono es grosero y sumamente peligroso, y aun así lo seguimos haciendo, otro ejemplo, la efectividad de los alcoholímetros se ha relajado ante la metralla de aplicaciones en redes que advierten a quien sale del antro en qué puntos se encuentran las aduanas de revisión y santo remedio, a brincarse el casillero. 
Ser autocríticos no está en nuestro menú, vivimos haciendo lo que creemos es por derecho, derecho a pasar primero, derecho a cruzarse la avenida por donde se nos da la gana, derecho a pasarnos el alto, derecho a dar vuelta en sitios prohibidos, derecho a estacionarnos en segunda o tercera fila, derecho a hacer base en donde nuestra santa voluntad regetonera nos indique, derecho a meternos en la fila, derecho a circular en bici o en moto como si fueran de hule, derecho a traer un camión doble remolque y desplazarse a ciento veinte por hora en carriles de alta, derecho a hacernos los dormidos sentadotes en el metro mientras la embarazada o el abuelo está de pie... 
La concepción unipersonal de que la ciudad es nuestra jungla y que nadie puede decirnos algo está muy viva, y nos ha hecho mucho daño, así que bienvenida la idea de educarnos, que bueno que envían al demonio las foto multas, hará falta más acciones de ida y vuelta, que Sheinbaum y compañía den el ejemplo con un gobierno que emplee el sentido común y haga del servicio público un apostolado, y que los ciudadanos entendamos que no podemos andar por la vida como cavernícolas. Así de claro.