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Una ligera llovizna acompañó hoy a miles de nicaragüenses en el primero de tres días consecutivos de protestas para exigir la renuncia del presidente

Daniel Ortega y justicia para las víctimas mortales que ha dejado la represión, al menos 351 según grupos activistas locales.

Con el lema “Juntos somos un volcán”, los manifestantes tomaron nuevamente las calles de Managua y otras ciudades de Nicaragua para reiterar su rechazo al gobierno de Ortega y su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo, y presionar por la celebración de elecciones anticipadas, a fin de lograr un cambio en el país.

En la protesta participaron trabajadores, estudiantes, campesinos, intelectuales, comerciantes, familias, desempleados y empresarios, la mayoría de los cuales vestían ropa azul y blanco, los colores de la bandera nacional, y portaban estandartes del país, así como pancartas.

“Queremos paz, pero con justicia” y “Prohibido olvidar”, son algunas de las frases que corearon los nicaragüenses desde que comenzó la marcha pacífica en la Rotonda de Cristo Rey en Managua, aunque también gritaron expresiones de enojo y fastidio por la crisis sociopolítica.

Durante el recorrido, los manifestantes pasaron por Camino de Oriente, exactamente donde iniciaron las protestas el pasado 18 de abril y donde grupos orteguistas atacaron a estudiantes que entonces se manifestaban contra la reforma al sistema de Seguridad Social.

La movilización, convocada por la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia, transcurrió en calma y concluyó en la Rotonda Jean Paul Genie, donde los asistentes corearon al unísono el himno nacional, mostrando con ello un gran amor por su país.

Hasta ahora no se han reportado incidentes violentos durante la marcha, a pesar de una amplia presencia de policías, sobre todo a la salida de Masaya que ha sido escenario de represión y ataques de paramilitares, de acuerdo con reportes de la prensa nicaragüense.

Esta marcha es la primera de las tres protestas sociales programadas para estos días para exigir las renuncias inmediatas de Ortega y Murillo, así como para que se investigue cada uno de los 351 asesinatos en la represión de las manifestaciones y se enjuicie a los responsables.

La marcha de Managua tuvo réplicas este jueves en todos los municipios de Nicaragua, y mañana viernes será el segundo día de protestas con un paro nacional de 24 horas, similar al realizado el pasado 14 de junio cuando todas las actividades se suspendieron en el país.

Las protestas masivas concluirán el próximo sábado, cuando está prevista una caravana de automóviles que portarán la bandera nacional a través de ciudades y poblados nicaragüenses.

El paro nacional es visto por la población de Nicaragua como un arma afectiva contra los gobernantes que identifican como “dictadores”, ya que una protesta similar que duró más de un mes ayudó a la caída del dictador Anastasio Somoza Debayle, en 1979.

A pesar de los múltiples llamados al gobierno para que cese todas las formas de represión contra los nicaragüenses y frene la actuación impune de los grupos paramilitares, continúa este tipo de hechos.

Residentes de Managua denunciaron el secuestro de Luis Emilio Campos, quien fue capturado por paramilitares cuando se encontraba en su vulcanizadora ubicada en la segunda entrada de la Villa 9 de Junio, en la capital del país, la mañana de ayer miércoles.

Por separado, se informó que tres jóvenes integrantes del Movimiento 19 de Abril, que fueron secuestrados por encapuchados en Nindirí, Masaya, la noche del miércoles, fueron acusados de terrorismo, crimen organizado y posesión ilegal de municiones por la policía, pero los cargos son rechazados por sus familiares.

También se reportó la desaparición de William Rafael Toruño Molina, quien trabaja como conductor para el canal 100% Noticias, la noche del miércoles después de realizar un recorrido nocturno de la televisora, y según su esposa le habló para avisarle que había sido detenido por la policía, pero nada se sabe de él.

Por otra parte, la joven Nahomy Urbina, mejor conocida como la “Comandante Macha”, denunció que ayer miércoles, policías llegaron a su casa en Diriamba, Carazo, sin orden de cateo a buscarla y golpearon a su mamá.

De acuerdo con abogados penalistas, consultados por el periódico nicaragüense La Prensa, los delitos cometidos por el gobierno de Ortega constituyen genocidio y crímenes de lesa humanidad, por lo que pueden ser perseguidos y procesados en cualquier tiempo y en cualquier país.

Los asesinatos, persecuciones, torturas, desapariciones forzadas y ataques a personas protegidas ocurridos durante las protestas cívicas en el país son delitos contra el orden internacional, no prescriben y pueden ser juzgados en cualquier país de la OEA y de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

Todas estas acciones que se han cometido a través de policías, paramilitares y adeptos al partido Frente Sandinista “encajan perfectamente en estos tipos penales y el responsable directo es el presidente, él no dispara, pero sí da la orden”, señalaron los abogados.