SINGLADURA

Está en marcha el relevo del gobierno de la Ciudad de México, que encabezará a partir del cinco de diciembre próximo la doctora Claudia Sheinbaum, quien logró salir airosa de una batalla sucia como pocas veces se recuerda que en buena parte

comandó su acérrima adversaria, Alejandra Barrales, de la Alianza Por México al Frente, formada por el PAN, PRD y MC.

Sheinbaum dejó en el camino a la señora Barrales, su competidora más cercana, con una diferencia no menor de 15 puntos porcentuales. Qué bueno. La doctora Sheinbaum, ex delegada en Tlalpan, dejó fuera de combate a Barrales, una política ambiciosa, ostentosamente enriquecida a lo largo de su carrera política cobijada por las banderas de la izquierda, pero que de manera desesperada se alió con la derecha de última hora para tratar de proseguir sus andanzas, esta vez al frente del gobierno capitalino.

Afortunadamente, una mayoría del electorado de la ciudad capital dio la espalda a Barrales, cuyo partido, el PRD, fue expulsado tras 21 años del poder capitalino. Qué bueno otra vez. Ya en vísperas electorales resultaba inimaginable un eventual triunfo de Barrales, tan adicta a los bienes inmobiliarios dentro y fuera de México, las marcas costosas y en general un estilo de vida demasiado alejado del ideario izquierdista en cuyo nombre dice actuar. Pero esa es parte de otra historia.

Sheinbaum encabezará el gobierno capitalino. Ha prometido que lo hará con probidad y transparencia y con el compromiso de rescatar para México la ciudad de la esperanza. Ojalá. Urge. La nueva gobernante hizo un centenar de compromisos en temas críticos para la gran urbe mexicana. Ojalá cumpla al menos la mayoría, aun cuando todos sería lo deseable. Contará Sheinbaum con el candidato presidencial ganador Andrés Manuel López Obrador como un aliado político. Es una coincidencia inmejorable para su gestión al frente del gobierno capitalino, que no se registraba desde que el PRD se hizo del gobierno urbano en 1997.

Esta semana iniciaron el gobierno de Ramón Amieva y el equipo designado por Sheinbaum los trabajos de relevo. Fijaron cuatro mesas de trabajo, que incluyen los temas de reconstrucción, gobierno, finanzas y agua. Parecen correctos para un inicio.

Me permito apuntar otros cuatro que considero cruciales para el futuro inmediato de la gran ciudad de México: transporte o movilidad como ahora lo mencionan, seguridad pública, contaminación y reordenamiento urbano.

Un avance en estos asuntos marcaría un buen comienzo, señora Sheinbaum. Como nunca estaremos atentos. Está mucho en juego, su credibilidad y respetabilidad en primer lugar como gobernante.

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