SINGLADURA

Este viernes el gobierno que encabezará Andrés Manuel López Obrador a partir de diciembre próximo tendrá una oportunidad, quizá única, de inaugurar una nueva política exterior para los próximos seis años. La ocasión para este estreno

diplomático de hondas repercusiones para el país y el próximo gobierno será nada menos y nada más que con figuras de un enorme peso político en la administración estadunidense a cargo del magnate Donald Trump.

Será el primer encuentro entre los nominados para asumir cargos de primera línea en el próximo gobierno mexicano, entre ellos Marcelo Ebrard, canciller designado, y el secretario de Estado, Mike Pompeo, un ultra conservador de mano dura, ex director de la CIA; el titular del Tesoro, Steven Mnuchin, un ex banquero y productor de cine; la secretaria de Seguridad Interior, Kirstjen Nielsen, la misma que ha impulsado la política de tolerancia cero para separar a familias indocumentadas, y el yerno del mandatario estadunidense, Jared Kushner, el consentido de la Casa Blanca. También participará el encargado de negocios de la embajada en México, William Duncan.

Por la parte mexicana también estarán los virtuales titulares de Economía, Hacienda, Seguridad Pública: Graciela Márquez, Carlos Urzúa y Alfonso Durazo, respectivamente, así como Jesús Seade, quien encabezaría las renegociaciones del TLCAN

La agenda de la reunión incluirá temas como el TLCAN, la seguridad fronteriza, el crimen organizado, la migración y casi necesariamente el tráfico de drogas.

En diciembre pasado y aún formalmente como precandidato a la presidencia de México, López Obrador señaló al presidente Enrique Peña Nieto de incumplir el mandato de defender con decoro al pueblo de México frente a la embestida de Trump.

López Obrador sostuvo que falló la estrategia del presidente Peña Nieto, mal aconsejado por Luis Videgaray, a quien recriminó su invitación a Trump para visitar México como candidato en agosto de 2016. El ganador de las elecciones pasadas consideró incluso que resultó vergonzosa la conversación donde Trump regaña, ningunea a Peña, quien no habría exigido el respeto a la investidura presidencial, a los mexicanos

“Trump se fue de largo y ya no toma en cuenta para nada la opinión del gobierno mexicano, hacen lo que quieren”, arremetió López Obrador en declaraciones hechas en Actopan, Hidalgo.

Prometió sin embargo un viraje en las relaciones con Estados Unidos y Trump en cuanto él ganará las elecciones, que ya ganó en forma abrumadora y contundente. “Van a cambiar las cosas, va a haber una relación distinta, vamos a procurar que siempre sea una relación de amistad, de cooperación, pero no de subordinación, no vamos nosotros a estar dependiendo de ningún gobierno extranjero”, comprometió.

Este viernes, López Obrador tendrá una enorme oportunidad de honrar su palabra en los hechos. Ha dicho que México retomará con su gobierno los principios de la diplomacia que por años practicaron los gobiernos emanados de la revolución mexicana. Entre esos principios destacan claro la no intervención, la libre determinación de los pueblos y la solución pacífica de las controversias. ¿Será un reestreno de la diplomacia mexicana? Hoy lo sabremos y si no, tendremos al menos los primeros indicios.

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