Como todos sabemos, la educación es considerada como Derecho Humano; por ello, la Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó el 24 de

enero: “Día Internacional de la Educación”; lo anterior por la importancia social que tiene para el desarrollo de la paz; así como el de las naciones.

En el mundo se contabiliza a más de 260 millones de niños y jóvenes, fuera de un sistema educativo; lo más alarmante es que alrededor de 617 millones de niños y adolescentes no saben leer ni tienen información mínima de cálculo.

Hablar de la situación en nuestro país, es un tema delicado, por lo que tenemos que ser muy contundentes con los números. Como en todo el mundo México, por la situación de pandemia, que ha visto severamente afectado en el ámbito educativo. De acuerdo a os reportes presentados por el INEGI, durante el ciclo escolar 2020- 2021 se inscribieron 32,9 millones de estudiantes, el 60,6% de la población de entre 3 a 29 años, según el estudio. Se refiere que el motivo principal fue que a causa del covid-19; el cual atrajo una falta de recursos económicos, no se inscribieron 5,2 millones de personas (9,6% del total de 3 a 29 años), en el ciclo escolar pasado.
Todos sabemos que con una educación de calidad, inclusiva y equitativa de millones de niños, jóvenes y adultos.; las naciones alcanzan un desarrollo sostenido, se logran mejores niveles de vida, se llega a tener una sociedad respetuosa ante las diferencias y se rompen el ciclo de pobreza.

En 2022 se celebra en el mundo por cuarta ocasión el Día Internacional de la Educación; en este año bajo el lema "Cambiar el rumbo, transformar la educación".

Lo anterior debido a la necesidad urgente de una educación que transforme para “reequilibrar” la forma en que nos relacionamos todos, Es necesario estar educados para que la tolerancia sea el eje del respeto y la inclusión sea un concepto inherente al ser humano. Solo así, se podrá conseguir el desarrollo, que los habitantes de este mundo demandamos.

la Directora General de la UNESCO Audrey Azoulay; en su mensaje con motivo del Día Internacional de la Educación; sostuvo una postura disruptiva asegurando que: "En esta época excepcional, no podemos seguir haciendo lo mismo de siempre. Si queremos transformar el futuro, si queremos cambiar el rumbo, debemos repensar la educación. Se trata de forjar un nuevo contrato social para la educación , como se pide en el informe de la UNESCO sobre los Futuros de la educación, publicado el pasado mes de noviembre. Tenemos que reparar las injusticias del pasado y orientar la transformación digital hacia la inclusión y la equidad. Y necesitamos que la educación contribuya plenamente al desarrollo sostenible, por ejemplo, integrando la educación ambiental en todos los planes de estudios y formando a los docentes en este ámbito."

Audrey Azoulay, que ha sido reelegida para dirigir las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, tiene muy claro la situación global de la educación en estos momentos; ella considera como la mejor opción de continuidad a la educación virtual; sin embargo, reconoce que en contextos poco favorecidos los niños corren riesgos de obtener una instrucción de calidad.

Esta política francesa, ha insistido en cual debe de ser la demanda de las naciones: “Se requiere innovación, cooperación y solidaridad, necesitamos actuar urgentemente y juntos, por este motivo lanzamos la coalición, contamos con miembros de la ONU, organizaciones de la sociedad civil, empresas de comunicación, aliados en el campo de la tecnología de la información, que se han comprometido a compartir su talento, herramientas y tecnología, para abordar las deficiencias de contenido y conectividad”

El Día Internacional de la Educación es un día de sumar esfuerzos, es un día de compromiso, es el momento de responsabilizarnos del futuro; el mundo en su conjunto necesita una educación de la que se sienta orgullosa, ya que será el legado por el que seremos calificados en años venideros.