MTRO. ARTURO ZALDÍVAR LELO DE LARREA,

PRESIDENTE  DE LA SCJN:

El último grado de perversidad es hacer servir las leyes a la injusticia

Voltaire

La confrontación entre Andrés Manuel López Obrador y mi colega, el periodista Carlos Loret de Mola, revivió mediática y jurídicamente el caso de Israel Vallarta, acusado en 2005 de encabezar la banda de secuestradores Los Zodiaco.

Sería largo explicar por qué creo que Vallarta, así como dos de sus parientes también detenidos, son inocentes. Le sugiero, doctor Zaldívar, leer Novela Criminal, donde Jorge Volpi narra con total apego a documentos oficiales una inconcebible cadena de ilegalidades en contra de los Vallarta.

Israel Vallarta lleva 15 años en prisión sin recibir sentencia, pese a los esfuerzos de él mismo y de su familia. La situación obedece a que  su caso -al menos así lo consideran-parece ser útil a ciertos  intereses incluido, muy especialmente, el que detenta la Presidencia de la República. 

En la mañanera del 8 abril y sin venir al caso, AMLO difundió el montaje televisivo del 8 de diciembre de 2005, recreando la detención de Florence Cassez y Vallarta, orquestada por la entonces Agencia Federal de Investigación y transmitido en el noticiero que conducía Loret.

Recordemos que Florence Cassez fue liberada por violaciones al debido proceso a partir del montaje y otras anomalías; lo mismo aplicaría a Israel, pero él se ha negado a tomar ese camino jurídico y exige ser exonerado de los delitos que le fueron imputados.

En aquel entonces, la intención de  Genaro García Luna y de Luis Cárdenas Palomino, directivos de la AFI, era lucir como súper policías ante el alza de secuestros, así como cumplimentar la venganza de un amigo de obscura trayectoria.  En la actualidad, la intención presidencial es desacreditar a Loret, quien con harta frecuencia critica a AMLO, de manera que el caso de Israel-Florence le cae como anillo al dedo.

En esa misma mañanera, la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, declaró que desde enero se informó al defensor de Israel y a su esposa, María Vallarta, que se haría una visita al penal del Altiplano para plantear al detenido una propuesta legal que permita lograr su liberación por “desvanecimiento de datos”. No tengo información de cómo evolucionó la oferta de SEGOB. Lo que sí puedo decirle es que el caso de Israel se reactivó: primero, la CNDH dictaminó (abril 2021) que la detención de Israel fue arbitraria, además de ser torturado. Curioso, porque desde 2013 hay una recomendación en el mismo sentido. 

Segundo, Loret de Mola fue citado a un careo con otros testigos, pero todos declararon desconocer que se trataba de un montaje.

Como coyuntura afortunada, Luis Cárdenas Palomino fue detenido el 5 de julio, quien es acusado, entre otros crímenes, de torturar a Israel.

María Vallarta buscará asistir a la mañanera del próximo lunes para solicitar la intervención del presidente (¿por qué no a la Corte o a la FGR?). De ocurrir lo anterior, ya imagino la respuesta del presidente; reiterará los contubernios de los malos funcionarios con los medios y asegurará que las cosas ya no son como antes. 

Espero que Israel Vallarta y sus dos parientes sean exonerados, pero toda esta utilización política de la justicia me deja un mal sabor de boca y muchas dudas: 

-¿Qué hará el Poder Judicial con los jueces que aceptaron pruebas falsas e ignoraron el dictamen de tortura emitido por la CNDH en 2013? 

-¿Qué hará el Consejo de la Judicatura con los jueces que dilataron el proceso de Israel? 

-¿Tomará en serio la Fiscalía General de la República la recomendación de la CNDH de investigar la responsabilidad de agentes del Ministerio Público que participaron en este embrollo y los policías que crearon las pruebas falsas? 

Mientras tanto, con la exoneración de Israel Vallarta, López Obrador lucirá magnánimo. Eso seguro. 

Investigación: Upa Ruiz  This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.

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