A las mujeres afganas, principales víctimas del talibán.

El día de ayer las fuerzas armadas del talibán avanzaron hacia Kabul, capital de Afganistán para tomar el control político, religioso y militar en aquel país; mientras mi mente ordena las ideas para poder expresarlas en este espacio periodístico,

miles de aterrorizados extranjeros y afganos llenaron el aeropuerto para poder salir de ahí y poner a salvo sus vidas; todos temen lo lógico de un grupo como los talibán: una cacería de mujeres y hombres que por diversas razones, sean o no verdaderas, han violado los ortodoxos códigos del Corán y merecen morir.

Los talibán son una expresión armada de estudioso del Corán, que viven con prejuicios y dogmatismos difíciles de poder generar una convivencia sin que haya quien viole sus interpretaciones. Surgieron, a raíz de la invasión de la entonces Unión Soviética en diciembre de 1979, como un grupo de resistencia, fueron entrenados por los Estados Unidos de Norteamérica y dotos de equipo y armamento militar.

La presencia militar soviética jamás tuvo el control total del territorio afgano, su agreste geografía hace casi imposible la presencia de militares y los grupos guerrilleros, de orígenes étnicos y tribales que conocen a la perfección sus montañas lograron organizar una resistencia armada que tuvo enormes costos para los invasores. Al final, Afganistán es a los soviéticos lo que Vietnam a los norteamericanos.

Desde los tiempos de Alejandro Magno, en esa región del planeta también conocida como “la ruta de la seda”, se permitía el paso de mercaderes y comerciantes de Asia a medio oriente, evitando así, la navegación marítima. Esta cualidad a propiciado la lucha contra toda forma de dominio y, la codicia por dominar esa región, la ha convertido en una de las zonas más inestables del planeta.

Y la geografía se impone, Afganistán está situada en el espacio estratégico que permite el control y acceso inmediato de cualquier ejercito hacia Rusia, China, la región del Tíbet, Irán, Pakistán. Cuando uno ve el mapa de la región de inmediato podemos comprender la importancia en la geopolítica y estrategia militar que tiene este país.

¿Cuáles son las consecuencias de que los talibán se impongan en ese país? Primero: todo parece indicar que dicha acción militar fue con el consenso de los rusos y los chinos. Este movimiento, en caso de ser así, es para limitar la presencia de los británicos, alemanes, belga, franceses y norteamericanos en la región. Segundo: el nivel de dogmatismo va a generar la persecución de mujeres y limitar su presencia en la cultura, la educación, la salud, las artes y todo tipo de actividad intelectual, politica y económica. Tercero: vamos hacia un conflicto regional de largo plazo y con repercusiones en la zona que viviremos por largos días. El tuiter de Joe Biden donde dice: “Las tropas estadounidenses no pueden, ni deben, luchar y morir en una guerra en la que las fuerzas afganas, en general, no están dispuestas a luchar y morir por si mismas,” es un mensaje brutal para los afganos que promueven un sistema político democrático y republicano, para los grupos de empresarios extranjeros fuera de la egida chino-rusa y un abandono a los derechos humanos.

Sin ser alarmista ni pretender exacerbar sentimientos me parece que vienen días negros, especialmente para las mujeres desde su infancia hasta la vejez. La mujer afgana no podrá estudiar lo básico, no podrá emitir sus opiniones, no podrá ser un vehículo de ayuda económica familiar, no podrá ser un puente de los valores, la educación y la edificación de la cultura de la paz, esto debe de poner en alerta a todos los países comprometidos con los derechos humanos en el mundo y buscar salida y soluciones diplomáticas para que las mujeres, hoy bajo acoso, puedan vivir libres y sin miedo.

El mundo tampoco le debe de tener miedo al terrorismo, y la indiferencia no puede ser la razón para que suceda lo mismo que los genocidios en Ruanda, Serbia, Bosnia-Herzegovina y un largo y lamentable etcétera.

La mujer y el hombre mexicanos desde su hogar, aula, oficina, donde sea que estén deben elevar su voz y ser parte de la resistencia contra el terrorismo y todas sus expresiones. Hoy las redes sociales tienen que ser las redes efectivas, contundentes y solidarias para la salvación y ayuda a las víctimas del talibán. Hagamos nuestra parte a favor de un mundo sin prejuicios, dogmatismos ni indiferencia.

Desde algún lugar de la Ciudad de México, 16 de agosto del 2021.