Claudia Sheinbaum hizo historia este 15 de septiembre de 2025 al ser la primera mujer "presidenta" en pronunciar

el Grito de Independencia desde el balcón de Palacio Nacional. Con voz que paso de solemne a practícamente desencajada, enunció nombres de heroínas de la patria, dio prioridad a la fórmula “mexicanas, mexicanos” y se presentó como el rostro femenino del poder en un momento de simbolismo histórico. Va concedámosle el que las mujeres no son de nadie, en el Josefa Ortíz de Domínguez y el resto de su retórica feminista, sin embargo, detrás de esa postal tricolor y del discurso en clave de género, se esconde un feminismo vacío, incapaz de traducirse en políticas públicas que atiendan la emergencia real que viven las mujeres en México, así de concreto.

Las Cifras que exigen memoria, no pueden ignorarse:

Feminicidios:

Para finales de julio de 2025 ya sumaban 394 feminicidios, concentrados en pocas entidades: Estado de México, Chihuahua, Sinaloa, Morelos y Ciudad de México concentran más del 32% de los casos.  Solo en  julio de 2025 se registraron 54 feminicidios.  

Estas cifras muestran que el asesinato de mujeres por razones de género no es un tema resuelto, mucho menos contenido por retórica de representación.

Desapariciones y madres buscadoras:

  • México tiene más de 128 mil personas desaparecidas, según los últimos registros públicos.  
  • De esas desaparecidas, un porcentaje considerable son mujeres jóvenes; entre los grupos más afectados se encuentran las edades de 15 a 19 años.  
  • En los primeros 100 días del gobierno de Sheinbaum, desaparecieron Mil 259 mujeres, según datos del Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas.
  • Las madres buscadoras sufren violencia sistemática: un informe de Amnistía Internacional documenta que el 97% de estas mujeres han enfrentado agresiones o afectaciones por su labor (amenazas, extorsión, ataques, desplazamientos forzados, incluso tortura o secuestro).  

En muchos casos, estas mujeres no tienen respaldo formal, protección, ni recursos estatales suficientes para continuar con sus búsquedas de forma segura.  

Ceci Flores Armenta fundadora del Grupo Madres Buscadoras de Sonora, a quien tuve el gusto de conocer en nuestro pasado Foro de Mujeres en el Poder, propuso en Agosto que la próxima titular de la Comisión Nacional de Búsqueda sea una madre buscadora:
“Necesitamos alguien que conozca el dolor, que lo haya caminado, que haya sentido la impotencia de no ser escuchado…”

Señalo Ceci Flores y lo dijo por que las autoridades a cargo parecen insensibles a la desesperación y la angustia de las madres que buscan a sus hijos entre la basura, en terrenos hinóspitos, en lodazales; esas mujeres que encuentran tumbas clandestinas con montones de restos revueltos y descompuestos y que solo piden apoyo en sus pesquisas, herramientas, apoyo forense, protección en comunidades que las amenazan, lo más básico y aún así la Presidenta se niega a recibirlas, como si el humanizar su discurso, si el mostrarse más madre, mas cercana, mas humana, la hiciera parecer vulnerable. 

No Claudia, lo que te hace vulnerable es tratar a las madres buscadoras como opositoras de tu régimen autoritario, te hace vulnerable esconder las evidentes cifras reales de desaparecidos, te hace vulnerable descomponerte cuando te cuestionan, decir que no vas a constestar más por que te molestan las preguntas incómodas, cuando nadie te culpa a ti en lo personal por las desapariciones.

Convierte tu discurso vacío en feminismo real, lánzate un día aunque sea para que te tomen la foto, a buscar con Ceci a los hijos de tantas madres que lloran sus perdidas y vamos a ver si no te humanizas cuando las veas marcar el lugar donde encuentran un olor fetido y excavar con las palas o con sus manos, metros enteros para recuperar un hueso al que cuidan como si fuera una reliquia sagrada, por que si no es su hijo, puede ser el de alguna de las miles de madres que buscan por todo el territotio nacional un pedacito de su hijo perdido.

Mientras el discurso presidencial ensalza heroínas del pasado y celebra la simbólica presencia femenina en el poder, las cifras denuncian lo contrario: urgencias sin respuesta, tragedias sin solución.

Más de 128 mil desapariciones implican un drama nacional profundo, alimentado por la impunidad, la falta de políticas integrales, de seguimiento judicial y por la inacción institucional.

El costo humano de esta inacción lo pagan mujeres, madres, hermanas que buscan en fosas, calles, rumores, redes sociales, sin respaldo sólido del Estado.

Claudia Sheinbaum maneja bien el discurso del reconocimiento: “vivas nos queremos”, “mexicanas primero”, “equidad de género”, etc. Nada en sí está mal en lo simbólico. Lo que no se entiende es que un símbolo tan potente como ser la primera presidenta que hace el Grito no modifique de raíz su política pública:

No basta con mencionar mujeres heroínas del pasado, si las mujeres actuales siguen muriendo porque el Estado no garantiza justicia.

No sirve de nada hablar de independencia y de identidad nacional si madres buscadoras siguen siendo abandonadas, silenciadas, violentadas e incluso asesinadas.

Cuando millones de mujeres enfrentan violencia estructural, no alcanza con declaraciones, discursos de reconocimiento o actos simbólicos: se requiere presupuesto, reformas legales, instituciones que actúen, protocolos que se cumplan, comisiones que investiguen, policías y ministerios públicos que respondan.

Para que el feminismo de este gobierno deje de ser un acto estético y pase a ser una política de estado, se requiere:

Políticas integrales de prevención del feminicidio: desde educación, cultura de no violencia, atención temprana a violencia doméstica, coordinación entre municipios, estado y federación.

Reformas que agilicen la justicia: especialización de fiscalías para delitos de género, protección real a las víctimas, sanciones efectivas y financieras, no solo simbólicas.

Transparencia estadística confiable y periodos de rendición de cuentas: que las cifras oficiales coincidan con la realidad de los colectivos; diferenciar feminicidios, desaparición de mujeres por edad, por tipo de delito, sin maquillar datos.

El 15 de septiembre de 2025, el grito de Independencia coreado desde el Palacio Nacional tuvo un simbolismo innegable. Pero ese grito esconde un vacío cuando al mismo tiempo cientos de mujeres desaparecen, decenas mueren cada mes por violencia de género, madres buscadoras enfrentan amenazas y muertes, y las instituciones siguen rezagadas.

El peso de la historia le exige a la presidenta Sheinbaum no solo gritar, nombrar y reconocer; le exige cumplir: hacer que los discursos se vuelvan sanatorios, que las arengas construyan derechos palpables, que los símbolos se acompañen de justicia. De lo contrario, el eco del Grito será solo un eco, y el silencio que no se atreve a nombrar seguirá devorando vidas.

Alejandra Del Río

@alejandra05 @aledelrio1111

Presidenta de PR Lab México, Catarte y Art Now México, ha escrito columnas sobre política, arte y sociales en muchos de los medios más reconocidos del país, particularmente en el Heraldo de México, El Punto Crítico y en el Digitallpost. Ha participado en numerosos proyectos de radio a lo largo de 20 años, hoy además dirige el podcast Fifty and Fabulous en Spotify.