DRA. CLAUDIA SHEINBAUM, CANDIDATA A LA PRESIDENCIA:

"Maximato: control del gobierno por parte de un caudillo u hombre fuerte"

No dudo ni por un momento de su capacidad intelectual y de trabajo, doña Claudia; le viene “de nacencia”, como diría mi abuela. Sus padres, a cual más de brillante cada uno en lo suyo, le dieron una infancia y juventud llenas de estímulos culturales. Ni qué decir de su sólida preparación científica.

Tuve el privilegio de tratar a su padre, pero a usted no; así que no puedo describir su carácter y tampoco conozco cuál es realmente su forma de pensar, porque su personalidad se ha subsumido a la figura hipertrófica del presidente. No es usted la única; así ha pasado con todos los funcionarios de gobierno o de partido que orbitan alrededor del inquilino de Palacio Nacional. Nada más vea hay que ver cómo se apagó la luz de Ricardo Monreal o la de Olga Sánchez Cordero.

Lo que me inquieta de que usted llegue a la Presidencia es el vínculo tan fuerte que tiene con López Obrador.

Mire, doctora Sheinbaum, a lo largo de la historia política de México he visto como los secretarios de gabinete mostraban obediencia a los designios del presidente en turno. Pero una vez ungido el candidato, casi a diario iba quitándose los velos para mostrar su propia personalidad.

El último año de su gobierno, todos los presidentes dejaban el reflector al candidato de su partido, algo que a usted no se la ha concedido. AMLO impuso las reglas de la contienda al interior de MORENA, sin pasar por el partido, y asignó a los aspirantes perdedores puestos al Senado y a la Cámara de Diputados.

Además de no soltar la agenda mediática cotidiana, le ha impuesto sus famosas 20 iniciativas, mismas que ya han generado bastante descontento en una buena parte de la población, pero que usted rápidamente afirmó que integrará a su programa de gobierno.

¿Cuál es el margen de maniobra que le está dejando su mentor? Me temo que muy escaso.

Ya la emboletó con tres proyectos que, de llevarse a cabo, superarían a las megaobras en cuanto a costos. Me refiero a las líneas de trenes para pasajeros, las cuales costarían 1.8 billones de pesos según los expertos de Alttrac; hablamos de millones de millones, caray. De todas las líneas, la única que me hace sentido es la México-Querétaro, dada la saturación y la inseguridad de la carretera correspondiente. Sobre las otras siete, ¿dónde está la demanda?

Además usted ha dicho que seguirá con el “fortalecimiento de PEMEX y la CFE”. Tengo la impresión que no llegará a ningún sitio si no toma medidas sobre los sindicatos y su nivel de productividad, pero sobre todo, si no cambia el enfoque.

Aún más, doña Claudia: ¿de dónde van a salir los recursos para tales proyectos? Ya no hay guardaditos, ni ahorros por austeridad, ni grandes contribuyentes a quienes apretar.

Ahora, supongamos que eso de seguir a pie juntillas el camino trazado por don Andrés es cosa de la campaña y que ya en la silla presidencial usted ajustará las promesas. No creo que AMLO la deje, pese a que nos ha jurado que se irá a su rancho tan pronto termine su gestión. Dudo mucho que la distancia sea garantía de que no intervendrá en la forma que usted gobierne, que le permitirá tomar sus propias decisiones y, al igual que todos los mandatarios, cometer sus propios errores. No me lo creo. Va contra su naturaleza.

Con otra: MORENA no se ha institucionalizado y sigue siendo un movimiento en el que se suman políticos de chile, de dulce y de manteca. Lo único que queda claro es que todos se cuadran a las órdenes de AMLO y me temo que su voz seguirá reverberando cuando usted se salga de los límites que él considere válidos. No en balde está promoviendo bajar el mínimo de votación para la revocación de mandato.

Pero sin necesidad de esperar a la consulta a la ciudadanía, López Obrador tendría a su disposición la movilización de un amplio número de seguidores, quienes en Dios creen, pero en él adoran. Los ha cultivado a conciencia a fuerza de billetes y posverdades, a fin de tenerlos listos para cuando se presente la necesidad.

Usted, doña Claudia, no contará con instituciones que le ayuden a hacer frente a los tentáculos de don Andrés, porque él se ha dedicado a vulnerarlas. Y como usted se acerque a los intelectuales, a las clases medias o a las mujeres para contar con otros apoyos sociales, rápidamente los pejelovers rabiosos la acusarán de traición. Nada de unidad nacional, nada de sumar energía social, nada de que usted gobernará para todos…

Eso es lo que me atemoriza de su triunfo, doctora Sheinbaum.

Un maximato basado en el odio, la división y las ocurrencias gubernamentales.

Leopoldo Mendívil

Colaboró: Upa Ruiz

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