Para conmemorar los 100 años del nacimiento del gran ídolo de la lucha libre y la pantalla grande, su hijo Alejandro Muñoz Lomelí presenta una serie de actividades para celebrar la vida y el trabajo de uno de los personajes más representativos de la cultura mexicana.


La rueda de prensa para dar los pormenores se llevó a cabo en el emblemático Salón Los Ángeles con la participación de Alejandro Muñoz Lomelí, hijo de Blue Demon; Aldo Sánchez, curador; Israel Balbuena, artista; y Miguel Nieto, director del Salón Los Ángeles.  
Entre las actividades que se llevarán a cabo podemos mencionar que el artista Israel Balbuena fue comisionado por Alejandro Muñoz para ejecutar una serie de pinturas del luchador y actor de cine que lo inmortaliza en óleos de gran formato. Asimismo, se presentará en varias sedes de la República Mexicana una exposición dedicada a la vida y obra de Blue Demon a cargo de los curadores Aldo Sánchez Ramírez y Héctor Orozco.
Nacido el 24 de abril de 1922, en un pueblo del estado de Nuevo León llamado Rinconada, Alejandro Muñoz Moreno, llegó a Monterrey a los 14 años donde trabaja como ferrocarrilero donde conoce a Rolando Vera, también ferrocarrilero y entrenador de lucha libre, quién se convirtió en su maestro y lo impulsó en su carrera dentro del ring.
Su primera lucha profesional como Blue Demon fue el 31 de marzo de 1948 a los 26 años en Laredo Texas, donde se enfrenta con Chema López. En 1953 se convierte en Campeón Mundial de Peso Welter tras derrotar a El Santo en la Arena Coliseo. En 1964 protagoniza su primera película Blue Demon, el Demonio Azul (dir. Chano Urueta) a la que le seguirán 26 más con gran éxito nacional e internacionalmente en las que compartió cuadro con actores como Martha Elena Cervantes, Jaime Fernández, Elsa Cárdenas, Ana Martin, David Reynoso, Maura Monti, Regina Torné, Eric del Castillo, Aldo Monti, Sasha Montenegro, Nubia Martí, Carlos Ancira, Ana Luisa Peluffo, Alma Delia Fuentes, por mencionar algunos.
Su emotiva despedida como luchador fue en la arena México el 25 de noviembre de 1988. En su retiro, se convierte en empresario y abre cuatro gimnasios donde entrena jóvenes talentos con ambiciones en la lucha libre.
La vida de este ídolo del pueblo mexicano está marcada por tres valores que siempre conservó: su máscara, su dignidad y su sencillez como ser humano.