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Brasil celebró este domingo la derrota de Argentina ante Alemania (0-1) en la final de la Copa del Mundo con petardos, fuegos artificiales y tocando las bocinas en varias ciudades del país, aliviado de que su archirrival Argentina no fuese coronado campeón en el mítico Maracaná.

Los brasileños preferían que ganara Alemania, pese a que les masacró en la Semifinal con siete goles (7-1), a entregar la Copa a Argentina, con los que mantienen una histórica rivalidad desde hace un siglo.

El gol de Mario Götze en la prórroga hizo que los brasileños estallaran en júbilo en los 'fan fest' de la FIFA o en bares del país. En la playa de Copacabana, bailaban y cantaban frente a una marea albiceleste que quedó en silencio.

"Gracias a Dios, gracias a Dios que ha ganado Alemania. Menos mal", dijo el brasileño Caio Ferraz, de 45 años, mirando el cielo estrellado y rezando en la playa más famosa del mundo.

"Si ganaban, se iban a burlar de nosotros durante años", señala este carioca que viste la camiseta de su club Flamengo, a franjas rojas y negras, similar a la de Alemania cuando dio la histórica paliza a Brasil.

"Llora, llora Argentina", gritan los brasileños enloquecidos de alegría en un bar cerca del Maracaná.

En el 'fan fest' de Sao Paulo, el público se vuelve loco con el gol y corean con un marcado acento brasileño "¡Götze, Götze!".

En grandes grupos, se pasearon este fin de semana por Rio gritando a todo pulmón: "¡Uno, dos, tres, cuatro, cinco...!" hasta diez, la cantidad de goles que Brasil se comió en dos partidos, contra Alemania primero y luego en su derrota por 3-0 frente a Holanda que los dejó en cuarto puesto.