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En la lucha libre, principalmente en la mexicana, uno de los grandes atractivos de cualquier función y de cualquier arena, es el combate máscara vs máscara, donde grandes figuras del pancracio han perdido su identidad.

Uno de los referentes históricos que desenmascaró a muchos fue “El Santo” y el primero en encabezar su larga lista fue Black Shadow en aquella memorable lucha celebrada en la Arena Coliseo en el año de 1952 y televisada por primera vez. Otra máscara que agregó a su enrome colección el “Enmascarado de Plata” fue la del Halcón Negro, un excelente luchador de origen español.

Como recordar es vivir, otras carteleras inolvidables fueron aquellas donde brillaron tantos y tantos atletas en combates sangrientos, como “El Santo” contra “Espanto I” que se rasgaron las máscaras y le costó en verdad al plateado salir con la mano el alto. Otro gran luchador enmascarado fue “Huracán Ramírez”, quien le quitó la correspondiente a “Espanto III”.

En la Arena México también se enfrentaron auténticos guerreros como “Fishman” contra “El Faraón”, “Fishman” contra “El Cobarde”, “Solitario” contra “Ángel Negro”, “Atlantis” contra “Villano III”, “Fuerza Guerrera” contra “Gallo Tapado” y “Mil Máscaras” contra “Halcón”.

En otra magna arena, “La Monumental” de Monterrey, cayeron más caras de valía como la del “Solitario” a manos de “Dr. Warner”, la de “Rayo de Jalisco” ante “Blue Demon”, el hijo de “El Santo” contra “ScorpioJr”, “Villano IV” contra “Blue Pather”, “Matemático” vs “Blue Demon”.

También en el Toreo de Cuatro Caminos muchos perdieron las máscaras: “Rebelde Rojo” ante “Ultraman”, “Comando”, “Kaos”, “Zandokan”.En el Palacio de los Deportes, “Santo” contra Boby Lee, y en la Árena de Guadalajara, donde muchos salieron sin máscara.

Y qué decir de las llamadas arenas chicas, “La Afición” de Pachuca, Árena López Mateos de Tlalnepantla, La Naucalpan, La Oriental, San Juan Pntitlán, Azteca, Budokan, La Neza, La Aplataco, Xochimilco, Juventino Rosas, donde los torneos de la muerte,donde se jugaron muchas máscaras y cabelleras, tuvieron grandes entradones y les llenaron los bolsillos a los promotores.

Estos fueron algunos de los programas históricos de la lucha libre que por toda la república mexicana hubo ganadores y perdedores en cruentas batallas por conservar lo incógnito. Quienes perdieron el atractivo de la máscara dejaron de ser una atracción y los que la conservan siguen siendo los consentidos de la fanaticada.