Hace unas semanas, dejamos claro que la Educación es un Derecho Humano que se debe respetar a todas las personas sin importar condición, raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier condición .

 Por lo que, el Estado Mexicano, a través de sus tres niveles de gobierno, debe garantizar que ese derecho sea respetado, protegido y defendido frente a cualquier servidor público incluso particular que pretenda vulnerarlo.
 
Como se mencionó, la Educación es un Derecho Humano así reconocido en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, y en nuestra Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos –ley fundamental para nuestra sociedad-, de hecho la misma Comisión Nacional de los Derechos Humanos ( CNDH) la ha reconocido de esa manera.
 
Es por ello, que no solo se debe considerar a la Educación como un derecho humano, también es el engrane principal para que la maquinaria llamada sociedad-Estado funcione; siendo así, se convierte en la columna vertebral para que todas las personas puedan acceder a un buen nivel de vida: personal, social, cultural, económico y político.
 
Vale la pena recordarle a las autoridades, que la sociedad o como se le ha denominado hoy día –pueblo-, no es una mascota o conejillo de indias con el cual pueden experimentar y darle como premio una croqueta cuando esta olvida exigir que se le respeten sus derechos humanos, siendo uno de ellos: la educación.
 
También es importante considerar, que la educación es una parte fundamental para el desarrollo de una sociedad y una nación, permite ser competitivos en un mundo globalizado que cada día exige que las personas estén mejor capacitadas y preparadas para enfrentar los retos del futuro, pensando en una vida multiplanetaria que no está muy lejos de que se pueda alcanzar.
 
Lo que si podemos asegurar, es que mientras no haya una política de Estado para que todos puedan acceder a su derecho a la Educación no podremos decir que somos una sociedad incluyente preocupada por el respeto a los derechos de cuarta y quinta generación, mucho menos interesada en erradicar el analfabetismo, la pobreza y la ignorancia.
 
¿Cómo podemos darnos cuenta de que el Estado de Mexicano no ha comprendido que debe convertirse en el garante de ese derecho fundamental para el ser humano, el cual es un mecanismo para su desarrollo y evolución ?, basta mirar hacia las zonas marginadas y pobres del país, donde se encuentran carentes de servicios básicos como la luz, el agua, comida, salud, y en consecuencia no tienen acceso a las tecnologías que hoy son sumamente necesarias para poder acceder a la educación.
 
Como todos sabemos, han comenzado las clases para primaria, secundaria y preparatoria; sin embargo, muchos estudiantes no tienen luz o una tele que les permiten ver las clases que se transmiten por televisión, lo que provoca que no pueden acceder a ese derecho humano, si ya de por sí sus otros derechos fundamentales están siendo vulnerados por el Estado .
 
Vemos por ejemplo, que en Calpanapa, Guerrero, que es una de las comunidades más pobres del país, no pueden acceder a este derecho a la Educación, ya que la escuela cerró sus puertas por la pandemia y sus habitantes no cuentan con los básicos servicios ni por supuesto tecnologías para que sus hijos puedan ver las clases que se transmiten por televisión, y tampoco cuentan con los maestros para que impartan las clases presenciales o virtuales.
 
Miles de these cases se ven todos los días en nuestro país, lo que demuestra claramente la evidente violación del Derecho Humano a la Educación de miles de estudiantes, pues el Estado Mexicano no ha comprendido que debe velar por el respeto y cumplimiento a este derecho de todos los habitantes de México, lo que evidencia que todo el dinero que se ha recabado de la llamada austeridad no ha sido considerado para velar por ese derecho, tampoco se ha distribuido a los Estados para que lo hagan, a pesar de que ha sido una lucha constante de muchos Gobernadores.
 
En ese sentido, se contesta la pregunta que nos hicimos al principio de esta nota, respecto a que la CNDH –que ahora lleva el logo de: “Defendemos al Pueblo” - ha estado completamente ausente en esta masacre que ha provocado el Estado Mexicano del derecho humano de la educación de millas de mexicanos.
 
Es importante dejar claro, que la CNDH no necesita hacer consulta ciudadana –para legitimar su actuar como falsamente otras instancias lo pretenden hacer-; es más, no necesita de una queja o denuncia ciudadana puede actuar de oficio y pronunciarse en contra de estos actos violatorios a los derechos humanos que está sufriendo gran parte de la sociedad mexicana, especialmente los que están estudiando la educación básica y media superior pública, incluso privada.
 
Hasta el día de hoy, no hay evidencia en alguna parte del país en donde la CNDH haya hecho pronunciamiento alguno para obligar a las autoridades que respeten ese derecho humano a la educación, y les exija que destinen recursos suficientes para que cesen esas violaciones al derecho fundamental a la educación.
 
Se debe destacar, que la Ley y el Reglamento de la CNDH que dicho órgano autónomo puede actuar de manera oficiosa, puede enviar inmediatamente a visitadores adjuntos –que son los abogados de ese organismo nacional- para verificar que en todo el país se esté respetando ese derecho y garantizar que todos puedan acceder a la educación; y de no ser así, la Comisión Nacional puede solicitar medidas precautorias o cautelares necesarias para evitar la consumación irreparable de esas violaciones, o que se produzcan daños de difícil reparación a los afectados.
 
Visto lo anterior, la CNDH se encuentra totalmente ausente y nada empática con el sufrimiento que causa una gran parte de la sociedad el no poder acceder a su derecho a la educación; sin dejar de mencionar que la autonomía que caracteriza a dicha Comisión es para que no obedezca un interés partidistas o políticos sino únicamente busque que a la sociedad mexicana se le respeten sus derechos humanos como lo es la educación; de lo contrario seguiremos viendo un crecimiento desmedido de la pobreza, la analfabetización y la indigencia, provocando un retraso en el desarrollo nacional y personal.