El papa celebró la misa en el segundo estadio más grande del país, el "Franso Hariri" de Erbil, con capacidad para 30 mil personas, aunque por la pandemia se decidió que sólo pudiera asistir al acto un tercio del aforo.

"Irak permanecerá siempre conmigo, en mi corazón. Les pido a todos ustedes, queridos hermanos y hermanas, que trabajen juntos en unidad por un futuro de paz y prosperidad que no discrimine ni deje atrás a nadie", dijo en su mensaje final, que fue interrumpido en varias ocasiones por los aplausos de los asistentes.

Y aseguró sus oraciones por este "amado país" y, en particular, por "los miembros de las distintas comunidades religiosas". Francisco recordó en su mensaje "a los cristianos de las distintas confesiones, muchos de los cuales aquí han derramado su sangre sobre el mismo suelo". "Pero nuestros mártires resplandecen juntos, estrellas en el mismo cielo. Desde allí arriba nos piden caminar juntos, sin vacilar, hacia la plenitud de la unidad", agregó.

Voces de dolor

"He oído voces de dolor y de angustia, pero también voces de esperanza y de consuelo", afirmó el pontífice ante miles de fieles. "Ahora se acerca el momento de volver a Roma. Pero Irak siempre estará conmigo, en mi corazón", dijo, antes de bendecir en árabe bajo el ululeo de la multitud.

El papa Francisco se reunió, por ejemplo, con el padre de Alan Kurdi, el niño sirio-kurdo de tres años que murió ahogado cuando intentaba llegar en un bote a Turquía en 2015 escapando de la guerra, quien regaló al pontífice un cuadro con la trágica foto del menor ahogado en las costas del mar Egeo.

Agradecimientos

El pontífice agradeció la labor de las autoridades religiosas del país "que han trabajado tanto por este viaje" y a todos los que han preparado la visita y le acogieron con afecto, en particular al pueblo kurdo.
Con esta misa el papa concluyó su viaje a Irak, donde ha mantenido citas históricas, como la reunión que tuvo con el gran ayatolá Ali Al Sistani, máxima autoridad religiosa de los chiíes, y la visita a Ur de los Caldeos, donde la tradición indica que nació el profeta Abraham.

En la jornada de hoy, el papa se trasladó a Mosul para rezar por las víctimas de las guerras entre los escombros de una ciudad devastada por los terroristas del Estado Islámico y a Qaraqosh, donde celebró el ángelus con la comunidad cristiana que ha ido regresando a la zona tras la derrota de los yihadistas.