Parlamento" y que "el Evangelio no es una ideología" que crea "agotadoras polarizaciones" durante la audiencia general de los miércoles en el aula Pablo VI del Vaticano.

"Es muy triste ver a la Iglesia como si fuera sólo un Parlamento. La Iglesia es otra cosa, es una comunidad de hombres y mujeres que creen y anuncian a Jesucristo, pero movidos por el Espíritu Santo y no por sus propias razones", destacó el pontífice.

También alertó a tener cuidado porque "el Evangelio no es una idea o una ideología, es un anuncio que te toca y te cambia el corazón. Pero si te refugias en una ideología estás haciendo del Evangelio un partido político, un club de personas".

"En la Iglesia todo debe conformarse a las necesidades del anuncio del Evangelio; no a las opiniones de conservadores o progresistas", insistió, "sino a que Jesús llegue a la vida de las personas. Por lo tanto, toda elección, uso, estructura y tradición deben ser evaluados en la medida en que favorezcan el anuncio de Cristo".

Francisco, que citó el Concilio de Jerusalén, el primero de la historia, que vio soldadas las fisuras emergentes en la Iglesia, insistió en no dividirse entre progresistas y conservadores como si fueran etiquetas.

E invitó a invocar al Espíritu Santo porque "como Iglesia, podemos tener tiempos y espacios bien definidos, comunidades, institutos y movimientos bien organizados pero, sin el Espíritu, todo queda sin alma".

"La Iglesia, si no le reza y no le invoca, se encierra en sí misma, en debates estériles y agotadores, en polarizaciones fatigosas, mientras se apaga la llama de la misión. El Espíritu, en cambio, nos hace salir, nos impulsa a anunciar la fe para confirmarnos en la fe, a ir en misión para encontrar quiénes somos", concluyó.