un ataque directo contra el "extremista" Donald Trump, instando a los estadounidenses a defender la democracia, acusando a su rival de intentar subvertir las instituciones y estar más interesado en el poder personal que en defender los valores de la nación.

 El mandatario demócrata dijo en un discurso en el estado de Arizona que Trump estaba impulsado por un sentimiento de "venganza y revanchismo" y que, junto a sus aliados de extrema derecha, ataca a la prensa libre y al Estado de derecho.

Biden se ha cuidado hasta ahora de comentar las múltiples acusaciones penales contra Trump, incluida su participación en iniciativas para revertir su derrota electoral de 2020.

Pero no se contuvo acerca del peligro que, según él, correría el país con un segundo mandato de Trump y calificó al movimiento "Make America Great Again" como una amenaza existencial para el sistema político estadounidense.

::: "Algo peligroso está sucediendo" :::

"Las democracias no mueren solo a punta de fusil", dijo. "Pueden morir cuando la gente guarda silencio, cuando no se levanta o no condena las amenazas a la propia democracia".

"Algo peligroso está sucediendo en Estados Unidos", agregó, y sostuvo que el Partido Republicano está siendo "impulsado e intimidado" por el sector más afín a Trump.

"No ocultan sus ataques. Los promueven abiertamente. Atacan a la prensa libre como enemiga del pueblo, atacan el Estado de derecho y promueven la supresión de votantes".

Biden criticó a los republicanos por no reaccionar después de que Trump acusara al jefe del Estado Mayor Conjunto de traición, y arremetió contra los partidarios del expresidente por buscar el cierre del gobierno esta semana.

Sus palabras más duras las reservó sin embargo para el propio Trump.

"Trump dice que la constitución le dio 'el derecho a hacer lo que quiera'", dijo, refiriéndose a declaraciones del magnate republicano sobre sus atribuciones en el cargo.

"Nunca he escuchado a un presidente decir eso ni en broma", agregó.

"Nuestra tarea, la sagrada tarea de nuestro tiempo, es asegurarnos de que (...) la democracia sobreviva y prospere, y no sea aplastada por un movimiento más interesado en el poder que en los principios", dijo. "Depende de nosotros, del pueblo estadounidense", concluyó.