Unos 20 mil soldados fueron movilizados para ayudar a miles de voluntarios en las regiones damnificadas, 12 mil de los cuales están en servicio activo en la zona.

El número de muertos en estas inundaciones que desde hace una semana han devastado regiones enteras de Europa central aumentó el lunes al descubrirse en Austria el cadáver de una persona que había desaparecido hacía más de una semana, después de ser arrastrada por un deslizamiento de terreno.

Esta nueva víctima lleva a 19 el número de muertos registrados, 5 de los cuales en Austria y 10 en la República Checa, donde seis personas también están en la lista de desaparecidos.

Por el momento es difícil estimar el monto de los daños materiales, pero serán de miles de millones de euros.

En Alemania, la ruptura de un dique en Fischbeck, la noche del domingo, mostró que la situación sigue siendo tensa.

Las autoridades pidieron el desalojo de varios cientos de habitantes de cuatro aldeas de los alrededores, mientras la crecida que afecta al Elba se desplaza hacia el norte.

Este incidente provocó el cierre de un puente ferroviario, obligando a las líneas que unen a Berlín con Colonia o Fráncfort, muy frecuentadas, a realizar importantes desvíos.

Río arriba, en Magdeburgo, donde miles de personas fueron desalojadas, el Elba comenzó a bajar. El nivel del río medía el lunes por la mañana 7.14 metros, después de haber llegado a 7.46 metros el domingo. En general, el nivel de este río es de 2 metros en esa zona.

El domingo, las autoridades habían pedido el desalojo de 23 mil 500 personas en la capital del Estado regional de Sajonia-Anhalt y sus alrededores. La alerta todavía no había sido levantada el lunes. El alcalde de Magdeburgo, Lutz Trümper, destacó que su ciudad permanecía “en estado de urgencia”.

Los Estados regionales de Brandeburgo y de Baja Sajonia esperaban que los niveles llegasen a su punto más elevado. La canciller alemana Angela Merkel era esperada el lunes por la tarde en Wittenberge, en su tercera visita a las zonas inundadas en una semana.

En Hungría, el Danubio comenzó a bajar lentamente en Budapest y los diques parecían resistir bien.