en el edificio que quedó devastado por la deflagración.

Entre los heridos hay dos niños pequeños que sufrieron traumatismo de cráneo, uno que vive en el edificio de diez pisos y otro que pasaba con sus padres por el lugar, dijo a la prensa una fuente del Sanatorio de Niños de esa ciudad.

“Esto es impresionante, nunca vi algo así en Rosario, me recuerda las imágenes de la AMIA”, dijo a la AFP Germán Martínez, de 40 años, empleado en una oficina vecina, en referencia al atentado que destruyó la mutual judía argentina en Buenos Aires en 1994 con un saldo de 85 muertos y 300 heridos.

Martínez aseguró que la explosión se escuchó y el temblor se sintió a varios centenares de metros a la redonda.

“Es tremendo, se me pone la piel de gallina, parece una guerra, no estamos acostumbrados a esto nosotros acá”, dijo conmovido, al contar que se veían vidrios colgando desde las ventanas de los edificios por efecto de la onda expansiva.

El hecho se produjo a las 09H30 locales (12H30 GHMT) aparentemente por una fuga de gas en el edificio, declaró a la prensa el director de Defensa Civil de Rosario, Raúl Reinone.

Algunas horas después de ocurrido el siniestro aún hay gente atrapada en el edificio, donde se escuchan gritos y podría haber gente bajo los escombros, informaron bomberos zapadores.

“Unas 17 ambulancias se encuentran en la zona para atender a los heridos por el incendio que se originó en una fuga de gas”, informó la alcadesa de Rosario, Mónica Fein.

La secretaría de Salud rosarina decretó la emergencia sanitaria y afectó al operativo a todos los profesionales y personal del sector.

A 2.000 metros a la redonda del lugar se evacuó a la población, incluidas 11 escuelas, por la imposibilidad de cortar el suministro de gas en el edificio, constató la AFP.

“La magnitud del siniestro es muy importante. Hay varias estructuras afectadas, trabajaron varias unidades de bomberos de Rosario y cuidades vecinas”, añadió Reinone.

El funcionario dijo que “por la magnitud del evento puede generar un colapso del edificio”, de donde alguna gente fue rescatada a través del techo de un supermercado vecino.

La fachada del contrafrente del edificio de diez pisos donde sucedió la explosión se derrumbó y desde la calle se puede ver el interior de los departamentos y los balcones destrozados, mientras una lluvia de vidrios, escombros y mampostería quedó esparcida por las calles, en una transitada zona comercial donde hay varias escuelas y bancos.

“En una imagen muy rara vi un edificio desnudo al que sólo se le veía la estructura, la onda expansiva se llevó puesta (arrasó) las paredes. Cuando bajé de mi casa, me encontré con mucho escombro en la calle, a mi alrededor los edificios de la zona estaban todos con los vidrios rotos”, contó Orlando Verna, de 48 años, quien vive a unos 500 metros.

Tras la explosión, inédita en Rosario, se vivieron escenas de pánico con gente corriendo y otras personas llorando mirando la escena con incredulidad, contó Martínez.

Rosario es la tercera ciudad más poblada de Argentina con 1,1 millones de habitantes y principal puerto agroexportador.