"Nos reunimos con el gobernador [de la provincia de Leyte] la pasada noche y basándonos en las estimaciones del gobierno, hay 10 mil fallecidos", declaró a la prensa Elmer Soria, alto responsable policial de Tacloban, la capital de la provincia de Leyte, en la isla del mismo nombre.

El balance anterior proporcionado por la Cruz Roja daba cuenta de mil 200 muertos, tras el paso por el centro del archipiélago del tifón Haiyan, que llegó acompañado de olas de varios metros de altura y vientos extremadamente fuertes.

"Se trata de destrucciones masivas (...) La última vez que vi algo parecido fue durante el tsunami en el océano Índico" que dejó 220.000 muertos en 2004, afirmó Sebastian Rhodes Stampa, jefe del equipo de la ONU encargado de la gestión de desastres que se encontraba en Tacloban. Palo y Tacloban figuran entre las ciudades más castigadas por el super tifón Haiyan. Tras haber golpeado el centro de Filipinas el viernes, Haiyan se dirigía el domingo hacia Vietnam.

Haiyan, un tifón de categoría 5 que se desplazó por el archipiélago filipino en línea recta del este al oeste, se debilitó significativamente tras azotar el domingo el norte de Vietnam.

"Desde un helicóptero uno puede ver la dimensión de la devastación. Desde la costa y avanzando un kilómetro tierra adentro, no hay estructuras de pie. Fue como un tsunami", dijo el secretario del Interior, Manuel Roxas, quien estaba en Tacloban desde antes de que el tifón arrasara la ciudad, a unos 580 kilómetros al sureste de Manila. "No sé cómo puedo describir lo que vi. Es horrible", agregó.

Las autoridades de 15 provincias de Vietnam han comenzado a prepararse para posibles deslaves. Casi 300 mil personas fueron llevadas a zonas más seguras en dos provincias -Da Nang y Quang Nam-, según el sitio de Internet del gobierno.

PIDE EL PAPA ENVIAR AYUDA A VÍCTIMAS

El Papa Francisco pidió enviar ayuda a los afectados por el tifón Haiyan, que dejó miles de muertos y destrucción a su paso por Filipinas.

"Deseo asegurar mi cercanía a las poblaciones de las Filipinas y de aquellas regiones, que han sido golpeadas por un tremendo tifón", dijo durante el rezo del Angelus ante más de 10 mil personas desde la ventana de su estudio personal en el Palacio Apostólico.

"Recemos por estos hermanos y hermanas y busquemos hacer llegar también a ellos nuestra ayuda", agregó ante la multitud congregada en la Plaza de San Pedro.

Un poco más tarde la sala de prensa de la Santa Sede dio a conocer el texto de un telegrama que envió, a nombre del Papa, el "número dos" del Vaticano, el secretario de Estado Pietro Parolin, al presidente filipino Benigno Aquino III.

El texto transmitió la "profunda tristeza" de Jorge Mario Bergoglio por la destrucción y la pérdida de vidas causadas por el tifón, que según estimaron fuentes oficiales podrían ser más de 10 mil.

Ante esto el Papa expresó su solidaridad con los afectados, especialmente quienes perdieron a sus seres queridos y a sus hogares.