Salvo algunos incidentes que fueron controlados de manera rápida por la policía, el feriado nacional que paralizó la actividad laboral y que marcó el preámbulo de la temporada navideña en Estados Unidos transcurrió sin sobresaltos.

Con todo, las proyecciones iniciales sugieren que este año el apetito por las ofertas será menor al anterior, reflejo de la difícil situación económica que continúan enfrentando millones de estadunidenses.

La Federación Nacional de Ventas el Menudeo (NRF, por sus siglas en inglés) estima que unos 140 millones de personas se volcarán a los centros comerciales durante el largo feriado de cuatro días a partir de este jueves, por debajo de los 147 millones que lo hicieron en 2012.

La directora de la oficina de consumidores de la NRF, Pam Goodfellow, dijo empero que dada la respuesta inicial "es evidente que los estadunidenses están con el espíritu navideño a pesar de su cautela en las compras".

Estimaciones de la agrupación apuntan a que el grueso de las compras durante este periodo se efectuarán este viernes, cuando 67 millones de personas realizarán adquisiciones.

Algunas cadenas de tiendas departamentales como Macys, Target y Walmart abrieron sus puertas para ofertar sus productos desde la noche del jueves, aunque la mayoría de los comercios optaron por hacerlo desde los primeros minutos de este viernes.

En Carolina del Norte las aglomeraciones en un Walmart obligaron a que la policía interviniera para sofocar los ánimos de cientos de clientes que esperaron por horas a que la tienda abriera sus puertas.

El "viernes negro" constituye el día de mayores ventas para el comercio estadounidense, cuando sus estados se colocan en números negros o de ganancia, en contraposición con los números rojos de las pérdidas.