El virus, para el que no hay vacuna ni tratamiento específico, es endémico en el sudeste asiático, África y Oceanía, pero a América no había llegado hasta el pasado diciembre, cuando se detectó por primera vez en la parte francesa de San Martín.

Desde entonces se ha propagado por el Caribe, y ha sido detectada en más de 20 países, con 165,000 posibles casos, según la Organización Panamericana de la Salud. Se trata de una fiebre que muy raramente resulta mortal y que se trata sintomáticamente igual que el dengue, pues también causa fiebre y dolores en articulaciones durante días, aunque en ocasiones se pueden prolongar por semanas e incluso meses.

El virus se propaga por medio de la picadura de los mosquitos aedes aegypti y aedes albopictus (responsables también de la transmisión del dengue), que al picar a una persona con el virus, se infecta y, tras un periodo de incubación, se lo pega a otras personas a las que pica.

Según el recuento de la Agencia de Salud Pública Caribeña (CARPHA, en inglés), los más afectados hasta el momento son Martinica, con 1,515 casos confirmados, y Guadalupe, con 1,328, aunque se sospecha que unas 35,000 personas en cada uno de esos países podría haber contraído el virus.

Se entiende por caso "sospechoso" el que no ha sido comprobado por laboratorio pero presenta los correspondientes síntomas y se corresponde con gente que ha coincidido en entornos donde sí se han confirmado casos en las mismas fechas.

También preocupa la situación en la isla de La Española, ya que en República Dominicana se han confirmado solo 18 casos, pero se sospecha de más de 77,000, y en Haití, se han contabilizado 14 pero se cree que puede haber hasta 11,800.

También se han detectado lo que se conoce como "contagios importados" en Venezuela (12), Panamá (2), Brasil (7), Chile (2) y Cuba (6). En Estados Unidos se han detectado 80 casos, 25 de ellos solo en Florida.

Otros países sudamericanos también han activado mecanismos de prevención, como Colombia.

CENTROAMÉRICA, EN ALERTA

La aparición de chikungunya en El Salvador ha hecho que las luces de alarma sanitaria se prendan en el resto de países centroamericanos, que toman medidas para detectar el ingreso de personas portadoras del virus.

"Estamos ante una nueva enfermedad en el país, pero ya estamos actuando para afrontarla", afirmó la ministra salvadoreña de Salud, Violeta Menjívar, que dijo que no se ha establecido cómo ni cuándo ingresó la enfermedad al país.

Según el Ministerio de Salud de El Salvador se registran al menos 1,102 casos de esa enfermedad, aunque la titular de esa cartera, Violeta Menjívar, indicó el domingo que eran 1,119.

El Gobierno de El Salvador declaró el miércoles alerta amarilla o preventiva en siete municipios, incluida la capital.

La alerta incluye la suspensión de clases, durante esta semana, para permitir la fumigación y otras acciones de erradicación del vector de la enfermedad.

En Guatemala el ministerio de Salud declaró una alerta preventiva ante el potencial ingreso de la chikungunya pues su vecino El Salvador reporta la mayoría de casos en el istmo.

Gustavo Barillas, portavoz del ministerio guatemalteco, dijo que en ese país no se ha registrado ningún caso de la enfermedad, pero se analizan varios casos que dieron negativo a pruebas de laboratorio por dengue y que ahora se estudia si padecen chikungunya.

En Costa Rica las autoridades saben que no podrán evitar su ingreso y han reforzado los controles en las fronteras.

"No podemos evitar que el virus de chikungunya llegue, el mal va a entrar a Costa Rica. No es posible ponerle un cedazo a todo el país, hay muchos viajes entre Costa Rica y el Caribe", indicó el médico Roberto Castro, de la unidad de Vigilancia del ministerio de Salud.

Ese temor se replica en Nicaragua, donde el director de Epidemiología, Carlos Sáenz, dijo que la chikungunya es un mal que toda la población puede adquirir.

En Honduras el jefe de Vigilancia Epidemiológica del ministerio de Salud, Bredy Lara, aseguró que se capacita al personal médico para que conozcan la enfermedad y puedan tratar a los eventuales enfermos.