madre.

Sebastián Dávalos Bachelet ingresó a la fiscalía de Rancagua (80 km al sur de Santiago), en medio de un fuerte resguardo policial que evitó el agobio que sufrió su esposa al hacer el mismo trámite la semana pasada.

Sin hacer declaraciones, y en medio de algunas protestas, Dávalos se retiró de la fiscalía cuatro horas después.

Su esposa, Natalia Compagnon, declaró también el miércoles pasado por casi nueve horas. Pero a su entrada y salida del recinto fue objeto de protestas por parte de la ciudadanía que le reclamaba por el millonario negocio inmobiliario, que concretó con una empresa de la cual también es parte el hijo de la mandataria socialista.

Compagnon y Dávalos son investigados por el eventual "uso de información privilegiada" y "tráfico de influencias" tras la compra de terrenos en la ciudad de Machalí que luego se vendieron a un mayor precio, por un proyectado cambio en el uso de suelos.

Para hacer la transacción, Dávalos y Compagnon se reunieron con uno de los dueños del Banco de Chile y uno de los hombres más poderosos del país, Andrónico Luksic, quien otorgó el crédito por 10 millones de dólares que permitió la compra de los terrenos.

El negocio se hizo por medio de la empresa Caval, de la cual Compagnon es dueña de un 50% y Dávalos se desempeñaba como gerente de proyectos hasta antes de que su madre llegara al gobierno en marzo de 2014.

La revelación del negocio provocó que el hijo de Bachelet renunciara al cargo no remunerado que ejercía en el gobierno de su madre, al frente de las organizaciones sociales, junto a una brusca caída en la popularidad de la mandataria socialista.

Bachelet ha negado su conocimiento de este negocio y de la reunión de su hijo con Andrónico Luksiv.

"La verdad es que yo no he tenido ninguna vinculación con nada de aquello. Ni con la reunión ni el negocio", dijo la mandataria en un reciente encuentro con medios extranjeros.