por primera vez desde que casi todo el país suspendió actividades por la pandemia del nuevo coronavirus. Trump se dirigirá a Tulsa, Oklahoma —un estado que ha tenido relativamente pocos casos de COVID-19.

Sin embargo, expertos en salud cuestionan la decisión ante el peligro de propagación entre el público y por la generación de nuevos brotes una vez que las personas vuelvan a sus casas. La misma campaña de Trump reconoce el riesgo en una exención que los participantes deben firmar que los absuelve de cualquier responsabilidad en caso que la gente se enferme.

El evento de Trump se llevará a cabo al interior en una arena con capacidad para 19 mil personas por lo que que han cancelado todos los otros eventos hasta finales de julio. Los científicos creen que el virus se propaga mucho más fácil en espacios saturados cerrados que al exterior, en donde el aire que circula tiene más posibilidad de dispersar las partículas del virus.

Muchos asistentes son adultos mayores, lo que los pone en mayor riesgo de severas complicaciones en caso de contraer COVID-19. No es inusual que varios individuos entre los reunidos requieran asistencia médica cuando la temperatura sube.