La CIDH y Almagro, cada uno a través de un comunicado de prensa, presentaron sus posiciones opuestas respecto al proceso de renovación del mandato de Paulo Abrao.

La CIDH tachó de “grave embate contra su autonomía e independencia” el hecho de que Almagro decidiera abstenerse a avanzar en el proceso de renovación del brasileño, que es secretario ejecutivo de la CIDH desde 2016.

“La Comisión Interamericana de Derechos Humanos rechaza todo tipo de interferencia al ejercicio de su mandato y, en particular, a su facultad de elegir, renovar y separar a sus funcionarios de confianza”, indicó en el comunicado.

Por su parte, la OEA dijo en su comunicado que Almagro se abstuvo debido a la existencia “de decenas de denuncias” presentadas contra Abrao por parte de funcionarios de la organización.

“Lamentamos que la CIDH, a pesar de estar en conocimiento de decenas de denuncias, en algunos casos por meses, no haya dado traslado de las mismas a la Oficina del Inspector General para su sustanciación”, señaló el comunicado de la OEA. “Esta falta de tramitación es un duro golpe a su credibilidad”.

El comunicado de la OEA no aclara qué tipo de denuncias existen contra Abrao. Una portavoz de esa organización no respondió de forma inmediata a preguntas sobre esa cuestión.

La CIDH es un órgano autónomo de la OEA que tiene el mandato de promover la observancia y la defensa de los derechos humanos en la región y actúa como órgano consultivo de la OEA en la materia.

Cynthia Arnson, directora del programa de Latinoamérica en el centro de investigación y diálogo Woodrow Wilson International Center for Scholars, describió como una pena lo ocurrido a la CIDH.

“Es una lástima tremenda ver ataques desde adentro de la OEA a la comisión, que siempre ha tenido que luchar contra los gobiernos que no querían ser señalados o criticados”, señaló.

Arnson dijo que los enemigos de la CIDH son mucho mayores que los amigos de los derechos humanos.

“Preservar la independencia y la capacidad institucional de la comisión debería ser una prioridad para la comunidad internacional, para la comunidad interamericana,” dijo.

La comisión aseguró en su comunicado que en enero de 2020 decidió por unanimidad renovar el mandato de Abrao para el periodo 2020-2024 y que eso se comunicó a Almagro en ese momento.

En mensajes colocados en Twitter la CIDH defendió su independencia en cuanto a toma de decisiones sobre quien lidera la organización.

“Las normas sobre las que se elaboró el Sistema Interamericano de #DDHH responden a la necesidad de resguardar competencias y autonomía institucional de la @CIDH para impedir que actores externos determinen quienes desempeñan estos cargos”.

Almagro tildó como que “falta de ética y repudiable” generar confusión respecto a lo que constituye la responsabilidad y rendición de cuentas de uno o más funcionarios y lo que constituye la autonomía de la CIDH.

Abrao ha sido reconocido por su labor en Nicaragua, donde muchos murieron en las protestas que estallaron en 2018 contra el gobierno del presidente nicaragüense, Daniel Ortega. La CIDH envió una misión en el terreno, que fue posteriormente expulsada del país centroamericano.