"Aprecio que entre Armenia y Azerbaiyán se haya acordado un alto el fuego por motivos humanitarios en vistas de que se alcance un acuerdo de paz. A pesar de que la tregua se demuestra muy frágil, animo a mantenerla y expreso mi dolor por la pérdida de vidas humanas", el daño en edificios "y lugares de culto", dijo el papa, momentos después del rezo del Ángelus dominical.
El alto el fuego se hizo realidad el sábado, dos semanas después del estallido de unos combates que se han cobrado ya cientos de vidas civiles y militares.
La intención es iniciar negociaciones sustanciales para lograr un pronto arreglo pacífico al conflicto, sin embargo este cese se antoja difícil pues ninguna de las partes parece estar dispuesta a respetarlo.