pedir vuelos humanitarios que les permitan regresar a su país de origen, ya que enfrentan serias dificultades económicas y legales que les impiden continuar su travesía o regresar por sus propios medios.

La protesta tuvo lugar frente a la estación Siglo 21 del Instituto Nacional de Migración (INM), donde los manifestantes, entre ellos mujeres y personas de la tercera edad, exhibieron carteles con mensajes dirigidos a las autoridades mexicanas y venezolanas.

Entre las consignas se leían frases como “¡Ayuda, aviones Tapachula!” y “¡Queremos regresar a nuestro país, presidente Nicolás Maduro!”. Según los manifestantes, alrededor de dos mil venezolanos se encuentran en situación similar en Tapachula, Tuxtla Gutiérrez y Ciudad de México.

Wilmarí Villa, una de las manifestantes, explicó que lleva cerca de tres meses buscando apoyo para regresar a Venezuela, pero las opciones son limitadas.

“Me quedé sin los recursos, sin poder seguir avanzando por lo menos hasta Ciudad de México, pero tampoco nos dejan subir a los aviones para volver”, expresó durante la protesta.

Otros, como Greta Guevara, señalan que el costo de regresar por cuenta propia asciende a aproximadamente 1.000 dólares, una cifra inalcanzable para la mayoría de los migrantes, especialmente porque muchos no cuentan con pasaporte.

Se complica la situación en la frontera sur de México
Durante las primeras ocho semanas de la presidencia de Donald Trump, México recibió a 24 mil 413 personas deportadas desde Estados Unidos, de las cuales 4 mil 567 eran extranjeras, de acuerdo con la presidenta Claudia Sheinbaum, quien ha prometido gestionar la regularización de los migrantes o facilitar su retorno a sus países de origen.

Sin embargo, los migrantes venezolanos aseguran que las promesas no se han traducido en soluciones concretas.

Norberto Rincón, otro de los manifestantes, hizo un llamado tanto a Sheinbaum como a Maduro para que interviniera en su situación.

"La mayoría de nosotros no cuenta con recursos económicos ni documentos para volver. Tuvimos que estancarnos aquí, pero ahora la situación es complicada. Hay mujeres, niños, personas solas que venían a buscar el sueño americano y no lo consiguieron", afirmó.

La situación en Tapachula refleja una crisis humanitaria que se agrava con el paso del tiempo. Los migrantes, muchos de los cuales aprendieron el viaje con la esperanza de alcanzar el “sueño americano”, ahora enfrentan un panorama desolador.

Sin recursos económicos, sin documentos y con pocas opciones para avanzar o regresar, su situación se ha vuelto insostenible.

Los manifestantes han expresado su desánimo y frustración ante la falta de respuestas concretas por parte de las autoridades.