“Estados Unidos está junto a Israel porque es un interés de seguridad y nos hace más fuertes a los dos”, afirmó en su primer discurso en el cual destacó los vínculos entre los dos países y no entró en cuestiones políticas regionales.

Obama habló sobre la pista misma del aeropuerto de Tel Aviv, donde fue recibido al pie del avión por el presidente Shimón Peres, a quien abrazó calurosamente y saludó con un informal “¿How are you my friend?” (Cómo estás amigo?) y por el primer ministro, Benjamín Netanyahu.

Israel recibió al máximo dirigente de su principal aliado con una colorida y musical ceremonia en la que se escucharon los himnos nacionales. Obama pasó revista a una guardia de honor y saludó uno por uno a los numerosos líderes israelíes que le honraron con su presencia.

Ministros, consejeros, militares con sus mejores galas, jueces y líderes religiosos judíos, cristianos y musulmanes esperaron desde la mañana en una muestra de gratitud por la ayuda que Estados Unidos ofrece anualmente a Israel.

También por unas relaciones que el presidente estadunidense trata de reforzar con su primera visita al país como jefe de Estado.

En 2008 el entonces senador y candidato demócrata a la presidencia efectúo una visita (entonces era su segunda) con fines electorales, pero desde entonces se había abstenido de llegar a la zona por la complejidad que encierra.