Este dinero suplementario debe provenir de nuevas tasas y supresión de exenciones fiscales, 1.200 millones, la lucha contra el fraude fiscal, ochocientos millones, y una mejora del equilibrio entre ingresos y gastos, 1.600 millones, gracias a una rebaja de los intereses de la deuda y una menor aportación al presupuesto de la Unión Europea.