En dos operaciones paralelas las fuerzas del orden italianas detuvieron a una decena de personas listas para viajar a Siria y unirse a las filas del EI, además desmantelaron una célula fundamentalista especializada en el reclutamiento “on line” de nuevos terroristas.

Una tercera operación terminó con el arresto de un joven marroquí que utilizaba las redes sociales, en especial Facebok, para difundir propaganda y justificar las acciones de grupo armado.

El caso que causó más asombro entre la opinión pública fue, sin embargo, el de la familia italiana que estaba por adherirse a las filas yihadistas por indicación de uno de sus miembros, la joven María Giulia Sergio, alias Fátima Zahara, aparentemente ya residente en Siria y feroz militante del EI.